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Aquel día de un sábado en la casa de los Park, la única hija de la familia había invitado a su mejor amigo Hunter, con el permiso de sus papás, quiénes habían estado de acuerdo por saber que simplemente eran amigos.

Ambos estaban encerrados en su habitación mientras hablaban sobre cualquier tema que pudiera surgir, las risas y las voces en alto no se detenían por ni un motivo, puesto que la comodidad de ambos estaba siempre presente en cualquier cosa que hicieran.

Willow miro específicamente los labios delgados de su mejor amigo, entre estos últimos días ella le había mandado de tarea besarse con sorpresa, así eso lograría que los besos se volvieran más naturales que antes y la comodidad reine sobre estos.

Durante la última semana, cuando nadie veía, Hunter le robaba pequeños besos a Willow, siempre contento de seguir las órdenes de ella. Hasta llevaba un bloc de notas sobre las veces que él le había robado besos, que eran muchos más de los de ella.

Él estaba sumamente orgulloso de empezar a tener confianza en besar a Willow, porque así la confianza en besar a Emira llegaría de la misma forma. Ahora con eso dominado, le había pedido a la chica avanzar con otros tipos de besos, a lo cual Willow acepto.

Pero no lo haría así de la nada, ella encontraría un momento exacto para besarlo de una manera sorpresiva y de ahí, iniciaran con la práctica oficial.

Actualmente el chico se encontraba divagando sobre muchos datos de lobos, siempre sonriente al hablar de sus animales favoritos y sonando emocionado cuando de verdad le prestaban atención.

Fue en ese momento dónde Willow decidió juntar sus labios con los de él.

Hunter se sorprendió ante aquel beso sorpresa, pero ya se había acostumbrado a la sensación de los labios de Willow sobre los suyos, por lo que correspondió con naturalidad.

En un momento de impulsividad, Willow se sentó encima de el chico, colocando sus brazos alrededor de su cuello y él rodeó sus cintura mientras la atraía.

Ella se separó por un momento, jadeando un poco por la pérdida de aire. A diferencia de Hunter, quien se acercó para seguir besándola, hasta que ella lo detuvo.

—Aún no ataques. Primero debes de saber que tipo de beso practicaremos ¿Sí?

Hunter asintió, algo ya desesperado por juntar sus labios otra vez, pero debería ser paciente si quería aprender más tipos de besos.

—Un beso que pondremos en práctica, será el beso francés— él la miro confundido.— Escucha, ese es uno de los besos más comunes que aparecen. Pero se trata de besarnos y en un momento entre abriremos nuestras bocas para que nuestras lenguas se junte.

—¿Eso no es un poco... extraño?

—¿Quieres practicar o no?

—¿En que momento iniciaremos con la lengua?

Willow sonrió ante la iniciativa, ella se acercó a él y le dio un beso en la nariz.

—Tú solo espera a que mis labios se entre abran, cuando los sientas tú me imitaras ¿Ok?

Él asintió, besando su nariz.

Willow se acercó y nuevamente sus labios se juntaron, para el deleite de Hunter. Unos pequeños jugueteos en sus besos había empezado a formarse, se separaban por unos segundos para luego volver a juntar los labios en un desesperado deseo de jamás separarse del toque suave de los labios del otro.

Solo unos segundos bastaron para que Willow entre abriera sus labios, dejando que Hunter iniciará con el beso francés sin experiencia. Pero para eso estaba ella, para que él practicará con ella todo lo que quisiera hasta que se vuelva un buen besador.

Besos de prácticaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora