Capítulo 27

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Skye agradeció a sus compañeros por alcanzarla hasta allí despidiéndose de ellos, para luego dirigirse a la puerta de la casa de su hermana tocando el timbre intentando que sus nervios no la invadieran. No quería que Natasha pensara que era una excusa o que no quería verla o peor que le había ocurrido algo, antes de volver a tocar la puerta fue abierta por su cuñada que la miraba con una sonrisa burlona.

- Vaya...vaya, miren lo que trajo la nieve – se rio permitiéndole el paso – que rápido viniste, Bishop

- Las burlas para después – negó antes de sentir que Lori se tiraba a sus brazos – hola capitana

- Teniente, te extrañe – rodeo su cuello con sus manos una vez que la levantó - ¿te quedas con nosotras hoy?

- Claro – asintió con una sonrisa - ¿sabes dónde está tu mami?

- En su habitación, se estaba duchando – sonrió antes de pedirle que la bajara – ve por ella

- Escucha a la malen'kiy, cuñada – la rubia no perdía oportunidad para bromear – ve por tu chica

- Idiota, si no estuvieras casada con mi hermana ten por seguro que te metería una patada en el trasero que te haría llegar a Irlanda – la miró bufando

- Sí, sí como digas – se rio – ahora anda

Negó un poco divertida con las ocurrencias de Yelena, antes de saludar a su hermana con un pequeño abrazo, está también le había deseado suerte y que fuera a buscar a la pelirroja. Camino por el pasillo directamente hasta el cuarto que usaba Natasha, antes de tocar la puerta esperando pacientemente que le abriera, lo siguiente que vio fue los ojos algo cristalizados de la mujer antes de que la tomara de la remera tirando de ella en un abrazo.

- Hey, ¿Qué ocurre, Nat? – acarició con suavidad su espalda

- Yo... – acariciaba su espalda también antes de separarse un momento – pensé que algo había pasado para que no quisieras venir

- Hey – sonrió suavemente acariciando su mejilla – siempre quiero verte, Nat

- ¿De verdad? – la miró con un brillo indescriptible en sus ojos

- Claro que sí – la miró besando su mejilla – esas cañerías nos dieron un dolor de cabeza, instalamos reflectores y terminamos de cubrirlas así que vine en cuanto terminé ¿estás bien?

- Lo estoy – asintió con una pequeña sonrisa mirándola – siento haberme puesto así, estoy un poco emocional

- No tienes que disculparte – la miró rodeando su cintura con sus brazos acercándola más a su cuerpo – es verdad que es un poco raro seguir trabajando a estas horas, pero de no hacerlo mañana tendríamos que romper todo de nuevo y demoraríamos más

- Eso es cierto – asintió pasando sus manos por el cuello de la castaña – ahora, que aclaramos lo que ocurrió ¿Qué te parece si me saludas correctamente?

- Así... ¿Cómo sería eso? – la miró con una sonrisa traviesa

- Así – tiró de ella para besarla con suavidad – hola, Bishop

- Hola, Nat – sonrió besándola de nuevo - ¿te parece si vamos a ayudar a las chicas con la cena?

- A decir verdad, me gustaría raptarte unos minutos para besarte mejor – sonrió tirando de ella para que ambas entraran a su cuarto – estoy segura de que Yelena va a venir un rato a molestarnos

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