Capítulo 49

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Finalmente se escuchó la puerta de mi habitación cerrarse y seguido de esto los tacones de Jeongyeon sobre el piso de madera anunciaban su llegada.

Su pelo estaba en grandes, largos y perfectos caireles. Portaba un largo vestido rojo con lentejuelas simulando un cinturón por el frente y por la espalda un sensual escote. No llevaba gargantilla o collar, dado a que era estilo Halter. Algo así ella había mencionado, pero que yo no entendía del todo. 

—Estás hermosa —dije y el corazón se me estrujó.

—Gracias —dijo sonrojada —Tú te ves guapísima —dijo al momento de estar a solo centímetros de mí.—Sí claro, como digas —pensé sarcástica.

— ¿Nos vamos? —pregunté haciéndome a un lado.

Pov Jeongyeon

¿Era mi imaginación o Mina me estaba evitando? Seguramente es mi imaginación. Tomé su mano y volteó a verme. Le sonreí y no era mi imaginación... Forzó una sonrisa.

Seguramente era porque esto de los bailes no le gustaba, pero sería el último que tendríamos y no me lo quería perder. Y ella tampoco debía perdérselo.Todas las miradas se posaron en nosotras al entrar al enorme lugar pero ya no me interesaba mucho que los demás me pusieran atención. Ahora lo único que quería era la atención de Mina.

El lugar estaba decorado como si realmente estuviéramos en el casino Montecarlo, desbordaba elegancia. Había mesas de Black Jack, Póker, ruletas, entre muchas cosas más.
La mirada despectiva de Seulgl me recorrió de pies a cabeza, mientras que podía jurar que Joy estaba roja de la rabia. Había unas cuantas mesas al aire libre, y Mina prefirió esa zona. Claramente no me negué. Vuelvo a repetirlo, ahora sólo me interesaba ella.

El clima estaba increíble, el viento corría levemente pero no hacia ni frío ni calor. Estaba perfecto. 

— ¿Qué tienes? —le pregunté ya que estaba muy seria.

—Nada —sonrió y pasó su brazo sobre mis hombros. A los pocos minutos, Jihyo atravesó la puerta acompañada por Nayeon. Ella lucía un hermoso vestido azul, que quedaba perfecto con su piel blanca y su cabello castaño.

—Jeongyeon tengo que hablar contigo —dijo saludándome y después estrechó la mano de Mina, quién seguía con su alarmante silencio sepulcral.

— ¿De qué? —pregunté. 

—Ven —dijo tomando mi muñeca —Te la devuelvo en un segundo —se dirigió a Mina antes de alejarnos unos pasos.

Pov Mina

—Te la devuelvo en un segundo —sujetó a Jeongyeon de la muñeca y se la llevó un par de pasos dejándome con Nayeon quién tomó asiento. Este era el momento, Jeongyeon quería ganar una apuesta. Yo la ayudaría.

Noté que Jihyo y Jeongyeon habían terminado de hablar, me disculpé y me puse de pie y caminé hacia ellas. Ella me recibió con una enorme sonrisa. Hipócrita.

—Jeongyeon te amo —dije de golpe y de la misma manera sus ojos se abrieron.

—Bueno chicas, las dejo a solas —dijo Jihyo dándose la media vuelta.

—No —dije secamente sin romper la conexión de mi mirada con la de Jeongyeon que cambió de la sorpresa a la intriga —Creí que debías estar presente para comprobar quién ganaba la apuesta, ¿No? —la mandíbula de Jeongyeon si no estuviera pegada a su cráneo hubiera perforado el piso —Me enamoré como una imbécil de ti —le dije con un severo tono y noté como sus ojos comenzaban a cristalizarse —Así que ganaste, felicidades y suerte con Joy—me di la media vuelta y entré al salón inundado de gente ignorando los llamados de Jeongyeon.

—Wow, fue más rápido de lo que me imaginé —qué mejor manera de cubrir mi dolor que con ironía.

Caminé por el estacionamiento, sólo quería llegar a casa. Tal vez dormir, tal vez ver televisión, cualquier cosa que sacara de me cabeza a la falsa de Yoo Jeongyeon.

— ¡Mina detente! —escuché su quebrada voz a mis espaldas. Me detuve y me di la vuelta —Por favor déjame explicarte, yo...

— ¡No quiero que me expliques nada! ¡No me interesa escucharte! ¡No me interesa verte! ¡No me interesa absolutamente nada que tenga que ver contigo! —grité y encogió los hombros, estaba asustada —Así que ten... —dije bajando mi tono de voz, tampoco quería que creyera que la golpearía —Son las llaves de tu auto, toda tu ropa está en tus maletas y las maletas están en el auto. Te facilité el trabajo, así que ahora facilítamelo tú a mí y desaparece de mi vida —tomé bruscamente su mano y puse las llaves en esta.

Pov Jeongyeon

— ¡Mina! ¡Por favor escúchame! —le supliqué.

— ¿Que te escuche? —rió amargamente — ¿No te basta haberme mentido estos últimos tres meses? —mi llanto no cesaba —¿O qué? ¿Me vas a decir que la apuesta era un juego? ¿Una broma? —volvió a reír y sentí miedo — ¡Claro! ¡Ya sé! ¡Te enamoraste de mí! Y renunciaste a la apuesta, ¡Claro! ¡Qué estúpida que eres Mina!

—Sólo...

— ¿Pero sabes qué es lo peor? —se acercó a mí y cerré los ojos, me dolía tanto que me hablara así. A pesar de merecerlo —Lo peor es que yo sabía cómo eras y no me equivoqué —negó con la cabeza —Me equivoqué al creerte, al creer que sentías algo por mí, al creer que apreciabas a mis hermanos, al creer esos besos, abrazos y caricias —miré sus ojos estaban llenos de coraje y de lágrimas.

Pov Mina

—Cómo te has de haber reído de mí... —le había mostrado otra parte de mí que nadie conocía, me había entregado a ella sin careta pensando que ella lo había hecho también, pero sólo había sido un juego. Sólo su diversión —Yoo Jeongyeon me arrepiento de todo lo que dije —caminé hacia mi auto y abrí la puerta —Me arrepiento de todo —enfaticé —De todo lo que pasó entre nosotras.

Me, Myself & I || JeongMi Where stories live. Discover now