Dueña De Mi Amor [Manjiro Sano Y Tu]

Capítulo Uno

-Me gustas mucho -tenía cerrados los ojos

Ya hacia tiempo que se había decidido a confesarle sus sentimientos, pues el había sido su amor platónico desde que eran unos simples niños, ella le guardo tanto amor que ahora estaba ahí parada sosteniendo una carta mietras tenía un sonrojo en sus mejillas.

-Disculpa, me alagas y todo pero -pauso- no me gustas, es más, apenas y se quien eres

La chica levantó la mirada y lo vio, este estaba un poco sonrojado y estaba apenado, no por lo que estaba pasando, si no por ella, ella por otro lado estaba confundida, decepcionada y un poco avergonzada. Había estado por varios días planeando este día, y lo único que hizo fue hacer el ridículo. Así que sin más se fue muy triste saliendo de aquel lugar mietras todos susurraban cosas raras. Corrió como nunca lo había dicho, mietras derramaba lágrimas y no volteaba a ver hacia atrás, llego a su casa y entro.

-Ya llegaste hija -dijo su madre- ¿hija? -agregó mientras la mencionada pasaba a su habitación- ¡ven acá señorita!

-Espera Sazumi -la detuvo su esposo- algo me dice que le dijo que no

-Ya entiendo Yazu -la mujer se calmo

- ¿Que tiene mi hermanita? -apareció su hermano- voy a ir a verla

-Claro que no -dijo su madre y lo detuvo- le dijo que no Kinode, déjala

El chico sólo se quedo ahí mientras su hermana lloraba, la chica entró a su habitación y quito todas las fotos que tenía con él desde hace mucho, todo lo que le recordaba a el lo tiro en un bote de basura cilíndrico sin agujeros de metal, sacó cerillos y prendió uno tirandolo en el bote, todas las fotos se prendieron en fuego, ella derramaba lágrimas mietras repetía una palabra:

Te odio....

Junto a las fotos elimino regalos y cosas que le había regalado, le dolía, le dolía con todo el corazón como aquel sólo sabía su nombre.

Y así pasó casi un mes, la chica cambio cada cosa de su habitación, decoraciones, sábanas, almohadas y colores, vendió todo lo que le recordase a el y con ese dinero compro cosas de otro tipo, colores más apagados y combinados con colores suaves o pasteles.

No usaba mucho su ropa, pero la combinaba con negro o algún otro color apagado, nunca le volvió a prestar atención a Baji, quien era su amor platónico, desde ese día las críticas y muy pocas veces solidaridad y pena se hacían presentes en su salón. Desde ese día evitaba contacto con el, algunas veces les tocaba un trabajo juntos, pero no decían nada solo se daban miradas y hacían su trabajo.

[...]

Quien se despierta a las 2 a.m., yo....

Pensó mietras veía en su reloj la hora, aun se veía la luz de la luna, una luna cuarta menguante. Se levantó y se sentó en la mesa, tenia que terminar un proyecto, tenia una taza de café y luego comenzó llorar, se sentía mal por lo que había pasado, ya había pasado mucho pero el recuerdo aún era presente.

-Si tan solo pudiera alcanzar con mis manos una solución a mis problemas, estaría más que agradecida -término su proyecto a pocas penas