Pervertida

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Afuera ya no llovía.

Al salir se impresionó por la cantidad de miembros de ToMan que esperaban noticias de su sub- comandante. Se sintió observada en cuanto salió por la puerta.

Todos los chicos de ToMan la miraban. Yume se sintió avergonzada. No estaba acostumbrada a tener tantas miradas sobre ella, al menos no cuando vestía ropa de hombre, estaba empapada, sucia y golpeada.

El aire frío de la noche le golpeó el cuerpo húmedo y entonces recordó... ¡No tenía brasier!

Se sonrojó ante la idea de que se le transparentara todo frente a todos. En un movimiento rápido se abrazó el pecho y bajo las escaleras con apuró. Tropezándose rumbo a la Mizo, que la esperaban alejados de la ToMan, a un costado de las escaleras.

Makoto la recibió con su camisa, la cual llevaba abierta sobre una playera lisa. - También está mojada, pero creo que te hará sentir más cómoda.

Yume le sonrió y se la puso. - Gracias, Mako-chan. - Tomó la mano del pelinegro y volteó hacia todos lados.

Se dio cuenta de que el resto de la ToMan se encontraba al fondo del estacionamiento. Los chicos que estaban más cercanos a la puerta eran los capitanes y algunos miembros de las divisiones. El resto se encontraba descansando en la jardinera, que dividía el hospital de la calle, al fondo del estacionamiento. El lugar se encontraba inusualmente vacío.

Yume diviso una sección libre y bien iluminada de la jardinera. Sujetó también la mano libre de Takuya y caminó hacía allá.- Vamos a curar esas heridas. - Ordenó mirando a Akkun y Yamagishi. - Además, tienen que contarme como vencieron a esos desgraciados.

- Por supuesto, debiste vernos ¡Les dimos su merecido! - Yamagishi habló emocionado, levantando los brazos para comenzar a narrar una versión ligeramente modificada de la pelea.

Yume escuchaba mientras sentaba a sus chicos en la jardinera y observaba sus heridas. Las más graves eran las de Yamagishi y Takuya.

Prefirió atender primero a Takuya, pues el de lentes estaba muy emocionado contando su versión de la paliza que les dieron. No quería interrumpirlo.

Sujetó el botiquín de las manos de Takuya, lo puso a un lado y sacó una barra de jabón. Para su suerte, la toma de agua se encontraba junto a ellos. Asintió en reconocimiento de las palabras de Yamagishi, un gesto de que lo seguía escuchando, y se apartó un poco para lavarse.

Limpió los rastros de sangre y suciedad de sus manos.

Volvió con rapidez junto a sus amigos, sujetó el rostro de Takuya con gentileza, y empezó a limpiar sus heridas con un algodón y alcohol.

Le curo el labio roto, cubrió sus moratones con árnica y gasas, y le vendó la muñeca lastimada.

Para cuando terminó, Yamagishi ya había terminado de narrar su épica batalla.

- ¿Se supone que nosotros hicimos eso? - El primero en hablar fue Akkun. Incrédulo de la versión que escuchó.

- Si nos metieron tremenda golpiza rastrera que ni las manos pusimos. - Makoto desmintió las palabras del de palmerita con una risa burlona.

- Debería dedicarte a escribir novelas, Yamagishi. - Takuya se burlo de su amigo. Dándole un apretón a la mano de Yume como agradecimiento. - O a los chismes.

- ¿Me estan diciendo mentiroso y chismoso? - El rostro indignado del castaño hizo reír a sus amigos.- ¿Tu me crees hermosa?- Yume río por la mueca exagerada de suplica de su amigo.

- Si, Ya-chan. Si te creo. - No borro su sonrisa mientras sujetaba el rostro de Yamagishi, ya era su turno. - ¿Debería de darle un beso a todos por ganar tan heroicamente?

La sexta de la MizoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora