Capítulo 3

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III: Acercamiento

Hanji caminaba con una pequeña sonrisa en su rostro

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Hanji caminaba con una pequeña sonrisa en su rostro. Se sentía cómoda consigo misma, incluso cuando el hombre con el que estaba casada ni siquiera le prestaba atención. Finalmente llegó a la mesa y observó de reojo a Mina, que la fulminaba con la mirada y movía sus dedos sobre la mesa. Los hombres con los que Levi charlaba hace tan solo unos minutos la vieron con enormes sonrisas que ella devolvió por cortesía.

—¡Vaya, vaya! Hasta que por fin podemos volver a ver a la hermosa señora Hanji Ackerman —, habló un castaño y dió un leve asentimiento de cabeza que Hanji correspondió.

—Tan hermosa que su belleza se presenta solo en ocasiones especiales —. Mencionó el otro joven con una ligera barba en su mentón. —Que bueno verla de nuevo.

Un carraspeo de Levi los hizo prestar atención a la pareja que seguía en la mesa.

Hanji se posicionó al lado izquierdo de Levi con un par de centímetros de distancia a diferencia de Mina, cuyo brazo chocaba con el de Levi.

—Debo aceptarlo, usted es como una estrella fugaz. Cuando aparece, lo hace a lo grande.

—Muchas gracias, joven Kirschtein —. Respondió Hanji con un ligero sonrojo en sus mejillas.

—Y díganos, ¿Que la mantenía tan ocupada como para no acompañarnos a estás veladas tan aburridas? —, sonrió el ojiverde.

Hanji observó de reojo a Levi, que estaba absorto en su conversación con Mina.

—Tenía asuntos que atender, a veces olvidaba hasta las fechas de los eventos —, bromeó y los jóvenes rieron con ella. —¿Qué tal su esposa, joven Jaeger?

—Mikasa está muy bien, tan hermosa como siempre —. Respondió el ojiverde. —Pero llámenos por nuestros nombres, no es necesaria tanta formalidad.

—Bien, Jean y Eren.

—Realmente es increíble verla, señora Ackerman —. Habló está vez Mina y Hanji la observó con media sonrisa.

—Solo Hanji está bien, el apellido es importante pero el nombre lo es más, ¿No creen? —. Dijo Hanji y nuevamente los tres se envolvieron en una conversación, dejando a Levi y Mina como los sobrantes en la mesa.

Levi frunció el ceño al escuchar lo que dijo, y verla desenvolviéndose tan naturalmente entre sus inversionistas y amigos le descolocó aún más.

—El trabajo de oficina es tedioso, ya no hay día en que no tenga jaqueca —. Comentó Jean y Hanji levantó su dedo como una señal para hablar.

—Mi padre solía padecer lo mismo, recuerdo que mi madre compraba algunas especias especiales para preparar tés —. Levi tomó la mano de la castaña y ella lo observó. —Le enviaré un poco a su oficina.

You're Cold |Lᴇᴠɪʜᴀɴ|Where stories live. Discover now