Capítulo 7

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Castiel

Vete de aquí y no vuelvas—Dice mientras hace un intento de empujarme para que retroceda, pero mi cuerpo es más fuerte que el suyo, así que no me muevo.

—Pero si te he traído el dinero—Respondo. —Mira—Añado mostrándoselo. —Lo tengo todo.

—Cinco días tarde y no es la primera vez que pasa—Me reprocha. —Ya me he cansado de esto.

—Te dije que tenía problemas pero que iba a conseguir el dinero y lo he hecho—Comento. —No tienes por qué echarme.

—No me importan tus problemas, no es la primera vez que me pagas el alquiler tarde, tengo otras personas interesadas y que me van a pagar cuando toque, así que largo.

—Oh vamos, no puedes hacerme esto—Niego. —No tengo otro sitio donde ir—Admito.

—Ese no es mi problema—Niega. —Largo de aquí, no creo que quieras que llame a las autoridades—Me mira serio.

—Está bien, no hace falta que los llames—Levanto las manos inocente, definitivamente lo último que necesito es que me lleven preso pues teniendo en cuenta la vida que llevo, me pasaría el resto de mi vida en un calabozo mugriento.

—¿Piensas moverte?—Pide y asiento antes de apartarme de él.

Observo como cierra la puerta de la que era mi casa y suspiro, pero entonces puedo ver un fajo de billetes que se asoma en el bolsillo de su abrigo.

Miro a mi alrededor y como no hay nadie, me acerco para hacerme con el dinero.

—¿Se puede saber qué haces?—Pregunta cuando nota mi presencia, la verdad es que esta no ha sido mi mejor jugada, cuando se da cuenta de lo que tengo en la mano, sus ojos se abren más de la cuenta —Dame eso.

—Creo que eso no va a ser posible—Respondo antes de apartarme de él. —Nos vemos—Digo antes de empezar a correr.

—¡Vuelve aquí!—Grita mientras me persigue y yo maldigo en voz baja, no parecía alguien dispuesto a perseguirme. —¡Que alguien me ayude, tiene mi dinero!—Vuelve a gritar.

Escucho como me sigue durante un par de calles, pero cuando veo uno de los callejones que me conectan con el lado menos popular y oscuro del Reino de Cristal, no dudo en cruzarlo.

—¿Dónde estás maldito desgraciado?—Pregunta.

Sigo corriendo por los callejones en un intento de despistarlo.

Cuando veo unos cubos de basura, hago una mueca algo asqueado y me escondo tras ellos, no es la opción más apetecible pero necesito despistar al hombre.

—¿Dónde estás?—Vuelve a gritar.

Me encojo un poco mientras aguanto la respiración, el olor que hay aquí es horriblemente asqueroso, pero solo debo aguantar un poco más.

Poco después escucho sus zapatos de persona rica resonar contra el suelo, lo que me indica que se está alejando, pues poco después dejo de escucharlos.

Suspiro algo aliviado y salgo de mi escondite.

Miro a mi alrededor para confirmar que el hombre no está por aquí y como no lo veo, avanzo por los callejones.

—Ajá, te pillé—Dice alguien tirando de mí y poco después puedo sentir un brazo alrededor de mi cuello.

Definitivamente hoy no está siendo mi mejor día.

Si mi padre estuviese vivo como para verme, estaria sintiendo vergüenza de lo mal que estoy reaccionando hoy, estoy acostumbrado a esto, no sé por qué estoy siendo tan torpe.

Corazones RealesWhere stories live. Discover now