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Un niño y un hombre miraban a una chiquilla jugar con sus hermanos mayores, corriendo de un lado a otro al rededor del jardín.
El niño Aemond Targaryen no paraba de pensar que la niña era hermosa, sonriente, inteligente y valiente, totalmente hija de Eros y Rhaenyra Targaryen.
El hombre Daemon Targaryen, miraba a su sobrina con amor y devoción, era una niña hermosa y eso era más que claro pero era eso una niña y el sabia que los pensamientos y deseos impuros no estaban bien.
La niña se separo de su hermano Jacaerys y camino hasta donde su madre.
Eros notaba la mirada de ambos sobre su hija, de Aemond no le importaba, era un niño pero Daemon no era la mismo, se acercó y cargo a su hija haciendo así que Aemond alejara la vista pero por otro lado Daemon al verse descubierto sonrió de lado mirando a su hermano.
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Años después.
La joven de 16 años caminaba por el castillo hasta llegar al aposento de sus padres, los guardias abrieron la puerta inmediatamente y la joven entró, miró que Lucerys y Jacaerys ya estaban junto a su madre.
--- Madre --- la llamo Daenyra.
Rhaenyra al ver a su hija le sonrió.
--- Mi niña --- Rhaenyra se acercó y dio un beso en la frente de su hija. --- Ven, solo esperemos que llegue Daemon y Eros ---
No pasó mucho tiempo antes de que Daemon y su hermano ingresaran al la habitación, Daemon al ver a su sobrina sonrió y se puso al lado de la joven quien al ver a su tío le sonrió para luego volver su atención a sus padres.
--- Madre, ahora si podrías decirnos que a pasado --- dijo Lucerys.
--- Iremos a Kingslanding --- hablo Eros mirando a su hermano e hijos.
Daenyra miró a todos algo extrañada por lo recién dicho.
