【⊰ 06 '❜⭑

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—Eres un terco

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—Eres un terco.

—No puedo serlo más que tú, cariño.

—¡Claro que sí! Ahora mismo ni siquiera te dejas ceder.

—Y tú no dejas de insistir, ¿quién es más terco entonces, Gyu?

Es un día precioso. Los matices del clima hacen de su ritmo ambiental una mezcla de sentimientos agradables que incitan a la joven pareja para disfrutar el atardecer estando tendidos en lo extenso por el jardín, viendo la luz del día marcharse lentamente mientras, poco a poco, entra la abrazadora noche lunar.

TaeHyun, mientras tanto ocurre el espectáculo de la naturaleza más simple, tiene abrazado a BeomGyu por la cintura, mientras este se recarga con sus manos y su cabeza en el pecho de su novio. De este modo, en el confort que proporciona el calor corporal, ambos se pierden en la belleza de la vista celeste del cielo.

No obstante, la inconformidad persevera, y es perceptible menos para él.

—¿Por qué siempre que quiero a mi gatito nunca puedes transformarte?

BeomGyu, una vez hace su confesión, se gira hasta el Alfa, quien sólo se encoge de hombros, no estando del todo seguros. Lleva media hora siendo oyente principal de los berrinches del Omega. Media hora donde se dedicó a decirle lo mismo una y otra vez, y todas y cada una de ellas no fue capaz de responderle con certeza. Sin embargo, TaeHyun no siente que dejar sus pensamientos al aire sea lo correcto para responderle a su pareja.

—Tal vez podría transformarme unos minutos si eso quieres —dice, sin estar del todo seguro.

Pero BeomGyu, incluso en su imposición de cachorro malcriado, no está de acuerdo.

—No, amor, está bien. No quiero poner en riesgo tu salud, pero no me parece justo que los únicos días que puedo tener a mi gatito tienes tu medicación.

—Insisto en que...

—No.

Ante los ojos amenazadores de BeomGyu, y el agarre aprensivo de sus manos, TaeHyun no tiene mayor remedio que rendirse. Tratar de convencer al Omega, en aquellas condiciones de defensa evasiva, sería una labor imposible de lograr.

—Bien... ¿Hay algo que te gustaría hacer? —le cuestiona, para compensarlo de alguna manera.

—¿No podemos quedarnos aquí toda la noche?

—Si queremos pillar un resfriado, podemos intentarlo, lobito. —El Alfa acaricia sus cabellos en respuesta y le deja, como acto sincero de amor, un casto beso en su sien—. Pero lo último que quiero es que eso suceda, y a decir verdad ahora pareces muy inquieto por hacer otra cosa en lugar de quedarnos aquí.

BeomGyu se levanta de su pecho y lo ve directamente. Es extraña esa fuerte conexión que se crea entre sus ojos, la energía que irradian bajo sincronía, pero es realmente genuina conforme se desprende un brillo especial de los mismos sin que ellos siquiera se percaten de aquel hermoso fenómeno.

Goyang-i ~ ᵗᵃᵉᵍʸᵘDonde viven las historias. Descúbrelo ahora