Labios rotos - Lisandro x Antony

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- Vos te escuchas cuando hablas o..?

- não me negue lo que dije.

- Te juro que no entiendo como llegaste a esa conclusión. No soy gay.

- Entonces porqué te afecta tanto ver minha pija.

Lisandro lo miró fijamente, sus cachetes poniéndose rojos lentamente haciendo que la sonrisa en el rostro de Antony incremente.

- Te gusto eh? - preguntó divertido, todo en modo de broma, sin saber que había cierta verdad detrás de esa pregunta.

- Ja, te gustaría. Dale pelotudo anda cambiarte así vamos a ese bar pedorro tuyo queres.

Se arrepintió ni bien dijo eso, pero tenía que safar de alguna manera.

- Vamooooo, que se preparen las gatinhas - Antony se fue festejando directo a cambiarse.

Que hijo de puta, con tan solo unas simples preguntas en joda casi le descubre todo.
Por alguna razón, Lisandro no se sentía seguro de salir del closet con su amigo. Tenía miedo de que Antony descubriera la verdad y le cortara el rostro.

- HOY ES NOCHE DE SEXOOO - escucho cantar a Antony en la lejanía.

Sentado en la barra mirando a lo lejos como Antony chamuyaba, así estaba Lisandro en ese momento.

Tomando de una botella de cerveza evitando que las lágrimas se acoplaran en sus ojos. Era al pedo llorar.

Su amigo se había acercado con varias chicas para ayudarlo pero no había funcionado con ninguna (obviamente).
Finalmente Antony se había dado por vencido y se había ido por su cuenta a encontrar algún que otro ligue.

Se cuestionaba porque todavía seguía allí, si había pasado a segundo plano.
Le hizo una seña al barman y pago tanto su bebida como la de su amigo.
Se paró poniéndose su campera y comenzó a caminar hacia la puerta. Para que avisarle a Antony si este estaba en su mundo.

Camino hasta su departamento, Antony era quien había manejado así que no le quedaba otra que caminar. Era probablemente la primera vez en tal vez un mes o más que iba, debido a que se la pasaba en lo de Antony. Literalmente se había instalado con él. Eran inseparables, últimamente más de lo normal.

Se tiro sobre el sillón en su sala de estar y se tapo los ojos. Estaba agotado, feliz por la victoria de su equipo, triste por la victoria de su amigo con las mujeres.

Estaba por dormirse cuando sonó el timbre.
Quien mierda toca a esta hora, pensó.

Camino perezosamente y sin importarle si había un chorro atrás de la puerta abrió sin mirar quien era.

- Por qué te fuiste? - un Antony extrañamente molesto cruzo el umbral de la puerta.

- Qué haces acá? pensé que ibas a estar con alguna minusa por ahí.

- Te hice una pregunta Lisandro.

Aia, Antony nunca le decía Lisandro.

- Estaba aburrido, no te quise molestar por eso no te avise.

- você é um idiota, y si te pasaba algo? de noche y solo Lisandro. Você deveria haberme dicho.

- Pero estabas ocupado con esa morena y-

- Y a quien mierda le importa me podes decir - interrumpió Antony enojado, agarrando a Lisandro por los brazos, cerrando la puerta con su pierna y empujando al contrario contra la pared. Estaba verdaderamente enojado.

- Bueno tranquilízate, perdón.

- como você quer que eu me calme, te podría haber pasado cualquier cosa, sos un tarado y no pensas antes de actuar.

Las lágrimas comenzaron a picar en los ojos de Lisandro, no esperaba preocuparlo así a Antony. En realidad pensó que Antony no se daría cuanta de que faltaba en el bar por estar tan entretenido con esa chica.

Antony noto los ojos cristalinos de su amigo y comenzó a tranquilizarse.
Se estaba pasando y lo estaba tratando mal.

- Perdón - susurró acortando la lejanía, su aliento chocando contra el rostro del más bajo, un olor mentolado invadió su espacio, Lisandro no podría estar más cómodo.

Lisandro asintió lentamente, embelesado con la cercanía del rubio.

- Es que me muero se algo pasa com você.

- Está bien, perdón.

- No pida perdón - lentamente subió su mano al cachete derecho de Lisandro y acaricio suavemente.

Lisandro cerró los ojos apoyándose más en la mano de Antony, buscando más contacto.

- Pero no lo hagas más, vos vales más que qualquer outra mina. Qualquer - recalcó.