Aprender a compartir.

1.9K 187 87
                                    


Pedido: spiderb33

Quackity se encontraba muy emocionado estos últimos días. Y no es porque ganó las elecciones, tal vez si, pero aparte de eso saltaba de la alegría y revoloteaba sus pequeñas alas con ansiedad, pero cuando le preguntaban que es lo que ocurría el simplemente soltaba un ‘nada’

A Luzu le parecía extraño, sin embargo no interrogó más al menor, estaban de mal humor con el ascenso de Rubius a ‘primera dama’ como para pasar tanto tiempo respirando el mismo aire que el híbrido pato.

Y ese fue el día de hoy. El emo recibió una vista inesperada del mismísimo alcalde, cosa que fue desconcertante, pues este no acostumbrada a visitarlo después de su boda con Rubius. No sabe si sentirse decepcionado o alegre al solo ser invitado a una celebración a la plaza central.

Al dar la tarde, todos acudieron a la ceremonia que organizó el alcalde. Había música y comida típica de México, hasta estaban sorteando un burro.

Pero lo más impactante fueron los invitados sorpresa.

Todos abrieron los ojos y soltaron un jadeo de sorpresa. Frente a ellos estaban dos personas muy parecidas a Quackity.

“¡Estos son mis primos, Beni y Cochi!”, ambos hicieron un leve saludo.

“Que onda raza, yo soy el Beni”

“Y a mí me dicen el Cochi, el más guapo de Sinaloa.”

Todos los integrantes de Karmaland se miraron entre si, pero luego recibieron a los primos con los brazos abiertos. Después de unos minutos de charla, Merlon hizo acto de presencia y ordenó que ayudaran a los chicos a integrarse.

“Vamos cabrones, yo les daré un recorrido”, habló Quackity llevándose a sus primos a un viaje familiar.

“Tienen la misma cara de bobo que Quackity”


...


Estaba atardeciendo y Luzu decidió que era buena idea pescar un rato. Los días estaban más tranquilos desde la ausencia del híbrido pato, ya no había nadie quien le pidiera comida o quien le marcara de la nada.

Sus manos se apretaron con fuerza alrededor de la caña de pescar hasta que sus nudillos se pusieron blancos.

Todo estaba tan tranquilo que era abrumador.

“¡Órale pinche pendejo, váyase a chingar a su madre!”

“¿Apoco si muy vergas, mijo? ¿Por qué no te vas saltando de verga en verga directito a la chingada?”

Y ahí se fue la tranquilidad de Luzu. Guardó su caña de pescar y se dirigió a dónde estaba el alboroto.

“¿Qué está pasando?”, interrumpió la pelea.

Eran los primos de Quackity quienes estaban peleando, ambos voltearon a ver al castaño unos segundos para luego poner unas sonrisas y fingir que no pasaba nada.

“Nada, ¿Verdad mi Beni?”, Cochi abrazó a su hermano por los hombros dándole una firme sacudida.

“¡No, nada! De hecho veníamos a hablar con usted, señor Luzu.” Está vez fue el turno de Beni de poner una sonrisa sospechosamente nerviosa.

One-shots [LUCKITY]Where stories live. Discover now