FETISH

225 19 4
                                    

ADVERTENCIA: LA LÍNEA TEMPORAL ES DENTRO DEL ARCO "JACK EL DESTRIPADOR", EXACTAMENTE EN EL CAPÍTULO 4 DEL ÁNIME. 

HAY ESCENAS, MOMENTOS, DIÁLOGOS QUE FUERON ALTERADAS PARA LA CREACIÓN DE ESTE ONE SHOT POR EL CUAL NO COINCIDIRÁ FIELMENTE AL ORIGINAL.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  .

Durante toda mi vida nunca he tenido o sentido algo como fascinación, gusto, adicción u obsesión. Lo más cercano sería curiosidad como la que tengo hacia los humanos.

Lo que siento por los gatos es una especie de adoración, casi amor me atrevería a decir, pero la relación con lo anterior es incompatible. ¿A qué quiero llegar con todo esto?

Antes creía que no tenía ese tipo de afectos, emociones o lo que sea que pueda ser, hasta que vi mi actual contratista vestido de todo lo opuesto a que es: un varón, y que ahora muestra ser una linda jovencita. Todo para cumplir con una investigación que implica infiltrarse a esta fiesta para observar al principal sospechoso de los asesinatos, el Vizconde Druitt.

Por mi parte, estoy en personaje de ser el tutor privado de la sobrina de campo de Madam Red y que siendo honesto, este acompañante no está teniendo pensamientos nada sanos hacia la pequeña dama.

En las oportunidades que he tenido, mis ojos no se han limitado en recorrer su silueta, como ahora, aun estando consiente de lo que hay debajo de las telas ya que conozco a la perfección su cuerpo desnudo. Desde la punta de los dedos hasta la última hebra de su cabello. Y ahora de solo imaginarlo, mi ser se siente sucumbir con un agradable y caliente cosquilleo que percibí que ha afectado a lo que hay en mi entrepierna...

- Que mal, creo que estoy empezando a oír cosas - por un momento me perdí en mis ilusiones, olvidando el contenido de la plática con mi joven ama hasta que mis oídos percibieron una voz chillona familiar.

- ¡Hay un montón de lindos vestidos! - ambos giramos la cabeza hacia atrás para ver que la dueña de la voz es en efecto, la señorita Elizabeth.

- S... Se... Sebastian... - ha entrado en pánico ante el temor de ser descubierto.

- Mi lady por favor, cálmese. Vamos por este camino.

Buscamos escondernos detrás de una mesa de comida, que mientras él se encargaba de inspeccionar el parámetro, yo me dedique a observar otra área más cercana.

Ante los apretados cuchicheos de las personas, logramos enfocar a la persona deseada. La causa original de que estemos aquí. El Vizconde.

Salimos con cautela del escondite notando que se ha quedado estático y que a kilómetros se deja percibir sus nervios.

- Si hay un hombre a su lado - le susurro muy de cerca permitiéndome embriagarme un poco de su perfume (prestado) y su olor natural - no bajará la guardia, así que esperaré aquí por usted. Actúe como una señorita de acuerdo a lo que le he enseñado.

- Lo sé...

Me dedico a ser un espectador de sus acciones hasta que llega a escasa distancia del vizconde, mas su saludo quedó en el aire al ser interrumpido, de nuevo, por una insistente señorita de cabellos dorados.

- Por aquí, mi lady - actúo tomándolo del brazo para sacarlo de aquí.

- ¡Maldición! - frustrado se expresa desde el balcón.

- En este momento hay una multitud de bailarines en el salón - inspeccionamos los caminos posibles a tomar, pero ninguno era conveniente.

- No puedo acercarme al vizconde de esta forma.

Antología 'Por siempre'Where stories live. Discover now