No Se Enamoren de Ari (Por favor)

Capítulo 19

- Tierra llamando a Ariana

Pestañeo tres veces seguidas, es Milán, no lo vi entrar a la tienda, pero ahora está a un metro de distancia, no está acompañado, le dedico una mirada amistosa y él continúa.

- Hola Ari

- Ah, hola, que sorpresa, ¿Dónde está tu primo?; pregunto como si hubiera olvidado nuestra última conversación sobre él y es que esa pregunta sale como si fuera parte de una rutina, Milán es igual a primo, porque es raro verlo solo, sí, eso es verdad.

Comienza a mirarme con los ojos entrecerrados y la boca entreabierta.

- ¿Qué?; insisto distraída.

- Recuerdas lo que me dijiste esa noche; pregunta con curiosidad.

- Sí, pero... pensé que él no se rendía tan fácil; aclaro con una ceja alzada.

- Creo que tus amenazas tienen una respuesta ahora; aclara con una sonrisa cerrada.

- Entonces eres el mensajero de mi respuesta; digo algo ausente, como si solo una parte de mi le pusiera atención.

Baja la cabeza y la sube con lentitud, eso me pone nerviosa porque ahora me ve fijamente a los ojos, es más alto que yo, eso me gusta.

- Algo así, pero él no habla mucho de ti y cuando le dije que tu serías capaz de contar un oscuro secreto, ya no dijo nada

- Dile que quiero hablar con él por favor, que venga esta noche, que lo que él quiere va a pasar; digo la frase como si la hubiera practicado una noche antes.

Arquea una ceja como yo y mira de un lado a otro, hasta que vuelve a mirarme, pero esta vez serio, no sabe qué decir y menos yo, en fin, todo lo hago por mi hermano.

- ¿A qué estás jugando Ariana?; pregunta con el ceño fruncido.

- Solo que lo sepa por favor; replico mientras ordeno las tazas de café ya que estamos en el mundo de cocina.

- ¿Qué pasa?; sigue con el interrogatorio.

No es alguien cercano para contarle lo que me pasa y mucho menos puede entenderlo, relamo mis labios secos y luego niego con la cabeza.

- Lo harás

- Con una condición

Y vuelven las famosas condiciones.

- ¿Qué?

- También vendré esta noche, para que me cumplas la otra promesa ya que yo hice mi parte; aclara mientras se cruza de brazos.

- ¿Dónde entra tu nueva condición?

- Que sea esta noche; musita más cerca de mí.

Decido sonreír con timidez, miro de un lado a otro, nadie nos ve, entonces asiento lentamente.

- Que no pasen de las diez, salgo a esa hora

- Sabes, esto de venir aquí solo para hablar, me siento como si hubiéramos retrocedido en el tiempo, así que como buena guía...

- Espera; le corto al mismo tiempo que elevo mi mano. – Me gustan las viejas costumbres, soy de viejas costumbres en algunas cosas, porque si no fuera por eso, jamás te diría que sí, no te conozco lo suficiente Milán; aclaro mientras alzo las cejas.

- Prácticamente conoces a toda mi familia y parientes; recalca como si fuera obvio.

- Debajo de ese árbol, a las diez; digo mientras giro mi cabeza para que también lo vea.