(III) pedro pascal

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—¿ABRIL? —y estaba delante mío, aquel amigo del alma, aquella persona que me enseñó que el mundo no era de todo malo, sino que tenía que darle una oportunidad a la vida de demostrarme lo contrario

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¿ABRIL? —y estaba delante mío, aquel amigo del alma, aquella persona que me enseñó que el mundo no era de todo malo, sino que tenía que darle una oportunidad a la vida de demostrarme lo contrario

—José —sonreí y no pude mantenerme serena, lo abracé, aquellos casi 30 años sin vernos se habían sentido eternos

—¿Nueva? —me preguntó un castaño sonriente sentándose a un lado mío

—Ajá... —asentí confundida

—Soy José —me extendió su mano saludándome

—Abril, Abril Torres —la estreché sin problema con una pequeña sonrisa

—¿Eres de aquí? Digo, no te ves muy... estadounidense.

—Porque no lo soy —reí un poco—, soy de Argentina. ¿Tú? ¿Eres de por aquí, galán?

—Oh, no, mis encantos son de Chile.

Y ese fue el momento en el que José Balmaceda se convirtió en mi mejor amigo.

—¿Cómo haz estado? —preguntó al separarse

—Bien, bien, ehm —sonreí—, soy periodista.

—Eso veo —rió, y me sentí la misma chica que creía que mezclarse con yankees la cambiaría

José había sido esa excepción para mí, aquel respiro de hablar inglés, un respiro de ser otra persona para ser yo misma, para ser lo que nos unía: ser inmigrantes latinos. Él era aquella escapatoria que necesitaba todos los días en la escuela.

—¿Cuál es tu trabajo soñado, Abril Torres? —me preguntó drámaticamente mientras comía unas papas de una bolsa

—Periodista, ¿y tú, José Balmaceda?

—Actor, pero espera, deberías ser modelo, la altura la tendrás, a quién no le gustarían esas pecas —intentó acercar su mano sucia a mi cara

Era cierto en lo que cabía, era alta, un cuerpo ejercitado y estaba llena de pecas.

—Me llegas a tocar con esa mano llena de grasa la cara, y te asesino —lo apunté alejándome

—Baja la voz, después nos tachan de matones —se rió mientras me perseguía

Intentamos hacer la entrevista pero era imposible no hacer algunas bromas personales de vez en cuando, y me di cuenta, de que a pesar de tener años de no vernos, nuestros mejores amigos internos nunca se habían separado. Cuando tuvo que irse, habló con su agente la cual se acercó  a mí mientras, ahora llamado, Pedro se iba a tomar una foto grupal con el cast.

—Vendrás conmigo, quiere llevarte a la fiesta de la premiere —me explicó en un susurro

—Estoy... estoy trabajando —expliqué, y ella negó

—Ya terminaste, ¿no? —era cierto, tenía que hacer la entrevista y ahí se terminaba todo el trabajo

Asentí, ella sonrió, y me miró expectante

—¿Qué se supone que haga? —apuntó al micrófono, y entendí que se refería a que dejara el equipo y la siguiera, eso fue lo que hice, mi compañero me preguntó que estaba pasando pero le dije que la entrevista estaba hecha

—Ven —me llevó por un pasillo hasta llegar a un pequeño salón—, en unos minutos llega el cast y Pedro, ¿okay?

—Okay —sonreí, estaba ahí sentada, esperando al mismo chico con el que compartí tantas cosas, el chico que ahora era un hombre, que quizás no es nada como lo conocí pero algo en mí me decía que era tal como lo había dejado

—5 dólares si al pedir las hamburgesas bailas como mono —lo desafié, él me miró sonriente—, vamos Pedrito

—Ya, ya —extendió la mano—, el dinero

—Oh, no, primero hazlo.

Él puso los ojos en blanco y siguió en la fila para pedir la comida, la chica le dijo "Buenas tardes, bienvenidos a McDonalds..." en su tono mónotono, el cual se cambió inmediatamente cuando empezó a bailar graciosamente.

La chica se quedó callada, y tomó el pedido cuando él terminó el espectáculo con una expresión aún de sorpresa. Cuando pagamos simplemente me deshice en risas, y eso era la vida con José, al cual yo llamaba Pedro por juego, eran risas, y momentos felices.

—¡Mis 5 dólares! —dijo drámaticamente

—Toma, toma —le di el billete aún riéndome

El cast entró, y lo vi nuevamente, castaño, ahora con barba y algunos cabellos grises.

—Dios, sigues estando intacta —dijo antes de abrazarme

—No puedo creer que nos volvemos a ver, ¿cuántos años han pasado? —pregunté al separarme

—¿29?

—Me duele escuchar eso, ¿tan viejos estamos? —me reí

—Yo sí, tu te ves increíble

—Deja de decir eso, que también te ves muy bien, no haz cambiado mucho.

—Oh, créeme que he cambiado —me dijo riéndose—, pensé que seguirías mi consejo y serías modelo

—Dios si lo hubiera seguido quizás nos veíamos alguna vez —ojalá y hubiera sido la situación pero no, había sabido todo lo que pasaba con él, sabía que iba por el nombre Pedro Pascal, y que había actuado en incontables series y películas pero el simple hecho de que haya logrado su sueño me hacía tan feliz

—Pero seguistes tus sueños, es maravilloso —dijo sonriente—, en serio que aún no me lo creo, recuerdo cuando bromeabamos en clases, y simplemente se siente tan lejano

Lo era, era un recuerdo lejano, y vago que podríamos guardar, pero daría lo que fuera por ser tan feliz y sonriente como en ese entonces.

—No sabes como he intentado contactarte, pero no pude encontrar ninguna red donde tuvieras un perfil más personal —dije lamentando un poco

—Nunca nos volvimos a ver después de la highschool —dijo con una tristeza palpable

—Lo sé, fue difícil cuando me mudé, y perdimos contacto tan inmediato...

Decirlo hacía que sonara más real, pero no mostraría cuanto me gustaría volver y simplemente volver a ser la chica latina que evitaba a toda costa mezclarse con yankees para intentar negar que toda su vida había cambiado tan rápidamente. Y en ese momento llegó José, a hacer todo más fácil a pesar que él no tuviera una vida fácil, hacía todo más llevadero.

—Te he extrañado, pecosa —sonrió y me abrazó nuevamente

Me volví a sentir esa chica, Abril Torres, junto a su mejor amigo José Pedro Balmaceda

𝐆𝐎𝐑𝐆𝐄𝐎𝐔𝐒, os pedro pascalحيث تعيش القصص. اكتشف الآن