Maroon

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Advertencia: contenido sexual explícito.

*

El humo quedó impregnado en la ropa y piel de Xiao Xingchen, dejando la marca obvia de Xue Yang, su legado. Se habían besado tímidamente como si fuera su primer beso, su primera vez descubriendo el mundo.

Aquel contacto tierno comenzó a incrementar la intensidad, la necesidad de seguir tocándose entre sí. Pero Xue Yang se detuvo unos segundos después, agarrando el rostro ajeno con la mano izquierda para alejarse y seguir masajeando los labios con sabor a manjar.

Xingchen insistía en seguir empujando sus lenguas entre sí, sin saber que su novio tenía otros planes. Unos grandiosos planes.

La oscuridad evitaba que los gestos de Chengmei fueran perceptibles. Esa vez no quiso contenerse. Necesitaba usar la boca de su novio para correrse, para llenarlo otra vez. Se puso de pie para retirar el cinturón de piel.

Aunque quería que fuera Xingchen quien le desvistiera, se conformó con que le observara mientras él mismo lo hacía. Provocar que esos ojos tan bellos se volvieran oscuros y a la vez, la pupila se dilatara, era una gran satisfacción.

El chico parecía desesperado por el contacto físico y provocarlo así, poniéndole el límite de no moverse hacia que la mente de aquel pobre joven se debatiera si valía la pena esperar. No pasó mucho tiempo cuando recibió una respuesta: sí lo valió.

Xue Yang abrió sus pantalones para dejarlos caer. Sin embargo, no movió la tela de la ropa interior.

—Abre la boca y saca la lengua— ordenó y casi pierde la cordura al ver la obediencia de su novio —Chupa— agregó luego de dar un par de pasos hasta estar a la altura de la boca de Xiao Xingchen.

El joven lo volvió a obedecer. Deslizó su lengua por toda la zona, principalmente por el pene duro. Disfrutó de la dureza de la tela porque a pesar de ello pudo sentir el ensanchamiento, además de las venas que comenzaron a saltar por la estimulación.

Era una sensación distinta, pero tan buena. Xingchen podía sentir el sabor de la piel y de los fluidos que brotaban en gotas. Los disfrutó con gozo gimiendo contra la piel. Abrió los labios para chupar como pudiera, además de dejar besos tímidos y lujuriosos.

Succionó el largo del miembro de a poco, como si quisiera dejar marcas, pequeños pellizcos, siendo cuidadoso para no lastimarlo. Llegó hasta la cabeza donde lamió la delgada línea que separaba el glande del inicio, dejando que la saliva se escurriera por la tela.

Se quedó ahí, disfrutando de los ligeros espasmos que el cuerpo de Chengmei dejaba salir. Este, se quedó anonadado ante ese tipo de atención. Sí, era lo que deseaba pero se sentía mejor de lo que imaginó, incluso la urgencia aumentó en su pecho.

Conservó la cordura acariciando su cabello con cuidado, jalando con poca fuerza. Las manos de Xiao Xingchen se dirigieron hasta el resorte del boxer pero fue interrumpido.

—Baja esas manos o te haré sufrir— amenazó con autoridad.

Sin embargo, el otro se emocionó en lugar de asustarse. Siguió con su propósito y recibió una cachetada suave, dando una advertencia de que no estaba jugando con ello. El otro le miró sorprendido porque no esperaba aquello.

—¿Fue demasiado?— cuestionó con temor. No quería que Xingchen le tuviera miedo.

El chico negó al instante, incluso le sonrió de nuevo. Aún con un poco de inseguridad, soltó la cabeza ajena y levantó del suelo su cinturón. Llevó las manos ajenas hacia la espalda para sujetarlas con el accesorio. Apretó con cuidado, dejando movilidad pero restringiendo la posibilidad de que intentara desvestirlo de nuevo.

Getaway carDonde viven las historias. Descúbrelo ahora