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Sus miradas eran alegres, alejados un poco del lugar central, solo se dedicaban a admirar el baile de los na'vi alrededor de una gran fogata donde se cocinaba poco a poco lo que el primogénito del clan había cazado hoy.

Jake y Neytiri se encontraban danzando entre aquella multitud, una serie de pasos, que, para Gaia y Spider eran complejos pero no imposibles.

—¡Gaia! —el primogénito hizo acto de presencia—, ¡Baila conmigo!

Las muñecas de la chica fueron tomadas por Neteyam, quién tiraba de ella sutilmente.

Ella miró de reojo a Spider, quién tenía una pequeña sonrisa en su rostro, sin embargo su mirada era de tristeza.

Un pequeño susurro salió de la boca del chico; “ve”.

El cuerpo de Gaia se levantó y siguió al de Neteyam, quien con la emoción del momento guiaba a su amiga en aquel baile.

Spider miraba con melancolía aquella escena. Se preguntaba que sería de él sin Gaia, es decir, era ella quien parecía brillar en ambos mundos, en su mundo y en el de Neteyam.

Pero él, él era un rechazado por la mayoría del clan. Sentía que él no encajaba con Gaia, sin embargo era tan egoísta que no se iba a alejar de ella.

Después de todo era su otra mitad.

—Hey, Monkey Boy —su otra amiga, Kiri, se sentó a su lado—, ¿por qué esa cara?

Spider solo bufó.

—Neteyam y Gaia son tan... —él mismo detuvo sus palabras.

Kiri llevó su mirada a dicha escena, notando a su hermano y a su amiga bailando alrededor de la fogata.

—Ella te quiere Spider —Kiri lo sarandeó un poco—. Ella siempre te va a elegir independientemente de la situación.

Él solo se limitó a sonreír, admirando como ella se movía al compás de la música, sus piernas y pies descalzos danzando junto a los de Neteyam y sus manos combinándose con las de él.

Suspiró, apoyando su cabeza en el hombro de Kiri.

Apretó sus labios al saber a qué se debían tales sentimientos, ¿ella sentiría lo mismo? es decir, habían crecido juntos.

¿Quizá él estaba mal?

Cerró sus ojos, volviendo a suspirar. La música de su alrededor se hizo cada vez más tenue, sintiendo como él se perdía en su propio mundo.

No supo cuánto tiempo pasó, su cuerpo se relajó pero al instante se tensó al sentir como alguien le tocaba el hombro. Abrió sus ojos nuevamente siendo recibidos por la iluminación de la fogata.

Sin embargo, una figura interrumpiendo la mayor parte de ésta. Gaia estaba frente a él, extendiendo su mano.

—Bailemos —pidió—. Tu y yo.

Por inercia el cuerpo de Spider se relajó al ver la mirada de ella, mirada que hace unos momentos estaba asustada, buscando refugio en la mirada de él.

Kiri empujó levemente a su amigo, pero Gaia también le extendió la mano a ella.

Así fue como los tres salieron al centro, siendo la pareja principal Gaia y Spider.

Ignorando todos los pasos del baile original, se dejaron llevar por el sonido que ahora había cambiado, solo eran ellos dos disfrutando el momento y la sensación de tener sus cuerpos juntos, combinándose entre la multitud y el fuego.

En ese momento, Spider no pudo pensar nada más que en lo bonita que se veía ella.

En ese momento, Spider no pudo pensar nada más que en lo bonita que se veía ella

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Él se removía incómodo, realmente dormir con la máscara no era lo suyo.

El ruido del pueblo tampoco.

Dándole la espalda a su amiga, empezaba a extrañar la comodidad y calidez de su cama, la cual era una litera compartida con quién tenía a unos centímetros de distancia, también dándole la espalda.

El pueblo seguía en fiesta, más sin embargo, los menores del clan ya habían sido mandados a descansar, entre ellos los hijos se Jake y Neytiri.

A pesar de tener una pequeña fogata frente a ellos, sentía como el frío se colaba en la pequeña tienda de acampar que los cubría. Tenía miedo de voltear, aunque desconocía si su compañera estaba despierta, no quería que las cosas se volvieran un tanto incómodas para él.

—Hasta acá siento esa intranquilidad que emanas —murmuró ella, siendo escuchada por Spider, quién puso la suave voz de Gaia como prioridad ante el ruido externo.

—Solo es la máscara, nada más.

La conversación quedó inconclusa, las palabras del chico se perdieron en el aire, pues no hubo una respuesta por parte de su acompañante.

Solo un pequeño ruido que le hacía conocer a Spider que ella ahora se había volteado. Él dudó por un momento de imitar la acción de ella.

Fueron unos segundos en donde su pensamiento se perdió, pero al final ambos ya estaban viéndose, aunque el reflejo de la fogata en la máscara les nublara la vista del otro un poco.

—No debiste haber aceptado —murmuró nuevamente ella.

—¿El qué?

—El quedarnos aquí, Miles, te conozco desde que tengo memoria, se que amas el bosque, pero no tanto para abandonar la comodidad de en donde crecimos.

A él no le molestaba que ella lo llamara de tal forma, de hecho, era a la única persona que le permitía tal acción, y Gaia estaba consciente de ello.

Así que eran pocas las veces que ella utilizaba el nombre del chico en alguna conversación, usualmente, en las más especiales para ella.

—Y yo se que no te hubieras quedado sola aquí, pero que querías quedarte.

Ella silenció por un momento, desviando su mirada mientras suspiraba por lo bajo.

—Solo tenías que decir que no, yo lo hubiera entendido.

—No... no habría podido decir que no.

Y ahí estaban, el uno colocando lo que creía que al otro le hacía bien.

Sus respiraciones no eran escuchadas de forma natural, pues la exo-máscara emitía aquel característico sonido cuando su portador inhalaba y exhalaba.

Intercambiaron un par de palabras más, ajenas a la conversación principal. El característico ambiente de confianza se hacía presente entre ellos, así fue hasta que finalmente empezaron a quedar en silencio por lapsos de tiempo.

Al entender que estaban juntos, los invadía una calma inexplicable, aquella que hacía que su cuerpo se relajara y pudiera entrar en ese estado de reposo.

Sus ojos se fueron cerrando poco a poco, el calor de la fogata se estaba haciendo más presente de algún modo, o quizá era el calor que emitían mutuamente.

Spider posó su mano sobre la de Gaia, a quien no le importó, pues era un gesto ya común entre ellos. Aún así, esa acción la relajó de tal manera que fue la primera en caer dormida de los dos.

Para Spider, la máscara dejó de ser relevante a la hora en la que sentía que finalmente podría descansar junto a ella. Fue entonces que cayó dormido, unos minutos luego de Gaia.

A ambos les cubría una manta especial, un regalo de otra tribu a la cual habían visitado junto a Kiri, no recordaban muy bien aquel nombre, pero aquella manta se había vuelto un símbolo especial para ellos.

Incluso, Kiri había mencionado que los de dicho clan lo habían hecho con un propósito para ambos.

Pero dejando esos pensamientos de lado, finalmente ambos habían logrado descansar de aquella movida tarde-noche.

Uno junto al otro, como siempre lo habían hecho.

Spring - Spider Socorro (Avatar) Where stories live. Discover now