8. Castle Leoch

30 5 6
                                    

Durante la mañana siguiente, el joven y perdido Jungkook despertó y fue guiado por el aroma de la comida en la cocina.

No tenía idea de qué hora era, ni mucho menos cuántas horas durmió. Pero nadie fue a despertarlo y si eso no ocurre, es difícil que sea temprano.

Entró al lugar y vio a la señora Fitz amasando con todas sus fuerzas, el panecillo que tanto le gustaba a la esposa del Amo.

La mujer se volteó y lo miró con ojos de regaño.

-Te perdiste el desayuno.

Jungkook, quien jugaba con sus dedos, la miró casi como un cordero a punto de morir.

La señora no resistió tanta ternura.

-Lo siento. - Dijo él.

La Sra. Fitz suspiró.

-Ahí queda un poco de avena - indicó sirviendo un poco en un cuenco.

Pero, apenas Jeon la vio, se le quitó toda el hambre ya que de esa manera solo parecía vómito blanquecino.

-Creo que no tengo demasiada hambre - Comentó acariciándose la nuca - Quizás sea bueno que le cambie los vendajes al señor Paak.

La mujer parecía no entender de quien hablaba.

- ¿Taehyung? - Fitz alzó una ceja. -Oh... ya veo - agachó la mirada.

-¿Podría... decirme dónde puedo encontrarlo?

-En el prado - Respondió guiándola con los ojos por la puerta trasera de la cocina - Al este.

Jungkook sonrió y antes de salir, no dudó en conseguir algo de pan y fruta, que obviamente no eran para él mismo.

Recolectó todo en una canasta y encima lo cubrió con un paño de cocina.

Salió al campo abierto en donde los agricultores trabajaban.

Sin saber por qué, sonreía.

Todo lo que sucedía estaba tan mal y lo único que le importaba en ese instante era llevarle comida y cambiarle las vendas a Taehyung.

A lo lejos, Rupert lo observaba y le parecía extraña la dirección en la que caminaba.

Jungkook por su parte, se dio cuenta de que no importaba donde fuese, la mirada de ese hombre siempre estaba detrás de él. Era obvio que lo estaba siguiendo.

Se olvidó por completo de las preocupaciones en su cabeza en menos de un segundo cuando de pronto a lo lejos, dentro del corral, vio a Taehyung amaestrar con un lazo a uno de los caballos.

Se olvidó por completo de las preocupaciones en su cabeza en menos de un segundo cuando de pronto a lo lejos, dentro del corral, vio a Taehyung amaestrar con un lazo a uno de los caballos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Fue bajando la velocidad de su marcha para no parecer desesperado, aunque en el fondo, se sentía un poco así.

Afirmó sus antebrazos en un tablón de madera para luego reposar su mentón sobre las manos.

Danza bajo la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora