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Jungkook colgó el celular y miró al pequeño bulto bajo las sábanas en su cama. Había llevado a Lisa a su casa y se había encargado de limpiar la herida en su labio y acunarla en su regazo hasta que ella se tranquilizó y prontamente se quedó dormida.

La rubia no había querido contarle nada, pero él tampoco iba a presionarla, pues de todas formas ya podía imaginarse lo que había sucedido. El maldito de Bogum apestaba a alcohol, era obvio que había explotado al ver llegar a Lisa tan tarde luego de desaparecer tantas horas.

La había llevado a su cama, envolviéndola en sus mantas. Ahora lucía totalmente relajada y Jungkook podía jurar que Lisa lucía como un maldito ángel, a pesar de sus ojos rojos e hinchados y su labio herido.

Se acercó a la cama y tuvo mucho cuidado cuando se sentó para no despertar a la adversa. Peinó lentamente el cabello de Lisa, aspirando el olor de la chica. La rubia se removió bajo su mano y abrió los ojos lentamente.

—Lo lamento, no quería despertarte.

La vio negar antes de que cerrara los ojos de nuevo y suspirara. —Está bien.

—¿Cómo te sientes?

Lisa abrió los ojos y le miró directamente, su corazón palpitó ante la mirada que le dedicó.

—Me siento mucho mejor ahora, gracias Jungkook.

—No me lo agradezcas, cielo.

Las mejillas ajenas se colorearon en rojo y Jungkook sonrió. Mierda, cómo alguien podría siquiera ponerle encima una mano con otra intención que no sea palmear su trasero en la cama a la hora del sexo. Su miembro punzó ante el recuerdo de aquella noche, pero intentó apartar aquellas escenas, no era el momento.

—Son casi las 10 de la noche, ¿Quieres comer algo?

Pareció que la otra lo pensaba durante unos segundos antes de asentir. Jungkook le indicó que esperara ahí, él prepararía la cena para ambos.

Lisa nunca se caracterizó por ser exactamente un persona paciente. Al cabo de unos minutos apartó las sábanas de su cuerpo y se levantó, yendo en busca de Jungkook, quién preparaba la cena en la cocina.

Sonrió al verlo moverse tan fluidamente y con elegancia por su cocina, pero tal acción hizo su labio doler. Entró en la habitación para ser notada por Jungkook, quién le sonrió y levantó una ceja.

—Creí haberte dicho que esperaras en la cama.

—Lo lamento, comenzaba a sentirme muy sola y aburrida.

Tomó lugar en una de las sillas bajo la barra, sin esperar a que el alto se lo indicara. En silencio, le miró terminar de preparar la cena, en algunas ocasiones Jungkook le miraba también y lanzaba coquetas sonrisas que hacían su corazón palpitar a un ritmo más rápido.

El pelinegro sirvió dos platos y se dispusieron a comer. Durante toda la cena, Jungkook la alimentaba, dejando pedazos de carne y verduras en su plato, Lisa reía y los comía al instante.

—Ahora que estás más calmada, ¿Me dirás lo que sucedió?

Lisa suspiró, dejando los palillos sobre la mesa y asintió. —Cuando entré a casa Bogum estaba molesto y borracho. Cruzamos palabras y por accidente terminamos en el suelo. Comenzó a besarme a la fuerza y él...

Su voz se quebró y se llevó una mano al pecho, tratando de reprimir las lágrimas. Jungkook apretó las manos en dos puños, repentinamente furioso.

—¿Te obligó a tener sexo? — Lisa negó con la cabeza.

—Sólo me tocó.

—La herida en tu boca, no fue por un golpe ¿Cierto?

—Me mordió con demasiada fuerza.

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⏰ Última actualización: Aug 21, 2023 ⏰

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