Capítulo (6)✔ "Carmín"

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Un molesto pitido resonaba entre las paredes de un pequeño departamento, el estético cuerpo de una mujer se movía inquieto intentando despertar. Abría sus ojos con lentitud y estiraba con poco ánimo el brazo para callar el sonido de su ruidoso despertador. Cuando sus ojos se abrieron por completo miró la hora, las 4 de la mañana, la ciudad aún estaba oscura siendo iluminada únicamente por una hermosa luna redonda en el medio de todo. Se levantó de su enorme cama un poco desganada. Recorría los estrechos pasillos, mientras despojaba las prendas de ropa que componían su pijama rosada. Llegó a su baño con su delicada piel expuesta, totalmente desnuda, su cabello recogido sostenido por una liga, era desatado dejando caer sus hermosos caireles castaños a los costados de su rostro y sus ojos miel pegados a su reflejo admirando la dulce sonrisa que poseía sus labios y una de sus manos pálidas viajó al pequeño lunar que yacía en una de sus mejillas, recordando las embriagantes palabras de el pelinegro. Dejando el espejo y su reflejo de lado se fue directo a la ducha dispuesta a bañarse. Estiró el brazo alcanzando una de las manijas de su regadera, el chorro de agua caliente salió disparado humedeciendo la piel de su brazo. Cuando el agua estaba lista, entró completamente para remojar toda la extensión de su piel, dejaba caer los hilos de agua sobre su cuerpo , tomó entre sus manos el shampoo que tanto le gustaba, con olor a coco y lo colocaba sobre su cuero cabelludo, todo en movimientos suaves limpiando cada parte de su sedoso cabello. Inundando sus fosas nasales de un exquisito aroma a coco.

Se miraba en el espejo de su tocador sentada en su banco, aplicaba algunas cremas hidratantes en su piel y uno que otro producto, la música de un tango suave viajaba hasta sus oídos. Rizó sus pestañas con delicadeza y las maquilló de un color negro intenso, resaltaba sus labios, como siempre, con un tono rojizo intenso. Pasó por sus caireles un cepillo rosado y con una liga sostuvo su cabello en una coleta alta. Caminó hasta su enorme ropero, lleno de conjuntos sofisticados.

Admiraba la estructura de su cuerpo frente a un espejo grande, los conjuntos delineaban a detalle su buena figura.

El sudor recorría la frente de el Pelinegro, las luces rojas alumbraban el estrecho cuarto, sus ojos grises cerrados con fuerza. Una hermosa mujer pelirroja entre sus piernas lamiendo la extensión de su miembro.

-Es grande- Habló lasciva la pelirroja con los ojos pegados en la expresión de el contrario.

-Mierda, solo termina el trabajo y lárgate- Respondió entre gemidos mientras enredaba sus delgados dedos entre los cabellos rojizos de la mujer.

-Oh Dios He Tian, eres tan divertido- Habló sarcástica la pelirroja y envolvió sus labios al rededor de su miembro.

Un ronco gemido se escapó de los labios de He Tian, su cabeza se fue hacía atrás por inercia, podía sentir como la caliente boca de la mujer tomaba toda su extensión. El pitido de su celular alertó a ambos.

-¿Es en serio?- Inquirió molesta la mujer.

-Tengo que contestar la llamada- Avisó He Tian.

En el celular un número desconocido llamaba.

-Hola Tian- Se escuchó desde la otra línea, una dulce voz femenina.

-¿Te conozco?- Contestó tajante Tian.

Una pequeña risa femenina se escuchó.

-Soy la recepcionista, Mei Lei- Dijo la castaña- Ese es mi nombre.

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