Capítulo 2

44 12 4
                                    

"¿Pero yo no quiero? Quién les dijo que yo iría con ustedes, por qué yo no." ¡Míralos! Decidiendo por mí, ni siquiera los conozco. Ni que estuviéramos en una telenovela.

El Pomer chico se ve triste, se acerca y se inca al lado de la silla de ruedas.

"Pero, ya te pusieron yeso, y no vives con nadie, ven con nosotros y yo te cuido." ¡Ha! Ahora me habla de ‘tu’? Que rápido se sintió cómodo conmigo.

Sintiendo que le iba a reventar una vena, por el rabillo del ojo ve un traje negro. ¡Claro, cómo no lo pensó antes!

"Disculpe, usted qué opina, ¿Señor Pomer? Es una locura meter a un desconocido a su casa, ¿No es cierto?" Mirando a su única esperanza para salir de ese aprieto, era turno de él a hacerle ojitos al padre de otra persona.

"... Viendo que ni siquiera se puede parar solo, debería de venir con nosotros. Solo vivimos mi hijo y yo en casa, mi ex mujer nunca entra, así que se sentirá cómodo." Y es ahí cuando Rayan siente que la esperanza se le va por los dedos de las manos.

Espera... Será esto... ¿¡Un secuestro al aire libre!? Ay no, ay no. Listo. Me van a matar. Me van a sacar mis órganos y los van a vender en el mercado negro.

"No se preocupe, señor Holmes, yo puedo validar por estos señores. Son respetuosos y muchos saben quienes son. Si gusta, le daré mi número de contacto para que se sienta más tranquilo." Cómo si le hubiesen leído la mente, la doctora lo traiciona y se pone del lado contrario.

Ya sabía yo que esa doctora me daba mala espina. Ese último empujón a mi pie me dolió.

"Pe- pero, ya soy un hombre adulto, además, solo se fracturó. No me voy a morir, no tienen por qué ir a tanto..." Pero sus plegarias entraron por un oído y salieron por el otro.

"Iremos a su hogar para que pueda recoger las cosas que necesite. Podría durar un tiempo con nosotros." El Pomer mayor dice con seriedad. 

"Pero-"

"Si sigue discutiendo conmigo, no tendré más que llevarlo contra su aprobación." 

¿Acaso no hicieron eso ya? Me duele la cabeza. Está bien, si este es mi fin, lo aceptaré.

"Haaa, está bien. Vamos." Con eso el Pomer junior se endereza, con una asquerosamente linda sonrisa en la cara.

Cuando menos se lo espere le voy a dar un golpe, que va a llorar por su madre.

"Ya que está decidido, ¿le aviso a usted, o al señor Pomar?" Las manos sobre el teclado esperan respuesta para seguir trabajando.

"A mí no me molesta ser el recipiente, señor Holmes."

"Esta bien, mandé la información hacia el señor, por favor." Sin ganas de seguir luchando por sus derechos, accedió sin más discusión.

"Genial, ya tengo la información en el sistema, nos veremos en una a dos semanas señor Holmes, señores Pomer." Levantándose de su escritorio, se despide de mano de los Pomer y después de mí.

Esperando afuera, la enfermera Vanessa estaba esperando.

"Si me permite, lo llevaré hasta el estacionamiento." Sin esperar respuesta, procede a volver a hacer los pasos de cuando llegamos.

Ya dentro, su mente cochambrosa gana, y sin pena alguna, asegurándose de que su cabeza esté derecha y sin sospecha, mantiene sus ojos pegados en el redondo trasero del Pomer mayor.

Si solo podría estirar mi brazo y con un dedo picar-

Ding.

Regresando a la realidad, voltea la mirada a sus manos y suelta un suspiro de alivio.

Elegir No Es Fácil Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt