Capitulo 10 - Herida

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Mi cuerpo se siente mas pesado y tengo un dolor en el pecho que se supone que no debe dejarme respirar pero lo hago, respiro con normalidad. Sentí una descarga en mi nuca, lo que me hizo abrir los ojos, topándome con la luz que me encandila al instante.

Mis brazos se sienten pesados y en el momento que intento levantarme siento un liquido bajando por mi nariz. Claro, sangre. 

Mi garganta esta seca y lo primero que hago es examinar en que lugar me encuentro. Aparatos, cables, agujas y una cama muy incomoda, la enfermería claramente. Desde mi cerebro comienzo a espabilar y tan pronto puedo estoy sentada en la camilla quitándome todos los cables y las agujas que tengo en la piel.

La maquina de signos vitales suelta un pitido que lastima mis oídos así que la apago y aun sintiéndome desorientada pongo los pies sobre el suelo sintiendo el frio calarse en ellos para luego apoyarme en ellos para dar pasos hacia la puerta. 

Doy gracias a todos los dioses porque no tengo una bata de hospital y mantengo mi ropa puesta. Espero que no haya pasado mucho desde que tuve mi percance ya que eso seria fatal. 

Otro pinchazo en mi nuca me hace entrar en pánico, algo esta pasando con la flama o algo va a pasar, no se pero esto ya es raro.

La piel de mi espalda se erizó completamente y pude salir de la enfermería cuando hubo una gran explosión. Mi cuerpo cayó al suelo por el movimiento y caí justo en el lado que tengo herido, que suerte la mia. 

El fuego y el humo me hizo toser repetidas veces, con algo de sobresfuerzo logre ponerme en pie y caminar por los pasillos en busca de una salida pero es difícil cuando el humo me nubla la visión y me quema las vías respiratorias, el que sea que haya hecho esto se las vera conmigo, era el único recurso para sobrevivir a la radiación y ahora solo va a quedar cenizas. 

Siento mi cuerpo desfallecer justo cuando estoy a punto de llegar y el fuego me alcanza logrando quemar una parte de mi cuerpo, se siente como si me estuvieran pinchando con mil agujas en todo el cuerpo, mis lagrimas brotan por el dolor insoportable que siento pero luego el dolor como por arte de magia se va. 

Duele tanto que ya no duele.

Es la frase que me llega a la cabeza cuando logro levantarme del suelo y lamentablemente no hay personas en este lugar, necesito ayuda pero nadie viene. Mi cabeza esta a punto de reventar, el humo quema mis vias respiratorias aun mas que antes y lo unico que puedo hacer es dejarme ir. Pero la voz de Lexa llega a mi mente. 

Recuerda... tienes que vivir, no importa que... tienes que vivir... 

Fueron sus ultimas palabras, pero no puedo, por mas que lo deseo mi cuerpo ya no me responde. 

El pinchazo de la nuca volvió y fue como la corriente que necesitaba para levantarme de nuevo. El metal esta caliente por el fuego asi que tuve que levantarme por mi cuenta, rasgué un pedazo de tela de mi camisa y la use para tapar mi nariz del humo. 

El viento fresco del exterior hizo que avanzara mas rápido, ignorando el dolor en mitad de mi cuerpo por las quemaduras y el de mi herida en el abdomen. Mis pasos se sientes super lentos, considerando que debería estar descansando en este momento y no luchando por sobrevivir en una nave a punto de explotar. 

Mi pierna derecha la arrastraba mientras que con la otra doy pasos lentos, falta menos de diez metros para llegar a la salida y una explosión hace que caigan pedazos de metal atras de mi, lo que funciona como un incentivo para apresurar el paso. 

Maldigo a los siete vientos cuando tropiezo en la escotilla de salida y caigo en el suelo como un costal de papas, pero no me detengo y como puedo me levanto del suelo alejándome lo que mas puedo de la nave antes de que explote completamente. 

𝐋𝐀𝐑𝐀 𝐂𝐑𝐎𝐅𝐓 || 𝐋𝐎𝐒 𝐂𝐈𝐄𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora