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Arlet se sienta en la cama, no había podido dormir nada por los nervios ni siquiera sabe qué decirles a los gobernante de su idea no tiene absolutamente nada.

Todo fue tan rápido se da cuenta que aún le quedan tres horas para salir, sale de la cama y va directo al baño. Al salir va directo a su closet buscando una ropa para ponerse.

Busca en su closet hasta que encontró un vestido gris que se acentúa a sus cuerpo, le encanta como le queda no es relevados es agradable para la ocasión, busca una chaqueta del mismo color luego unas sandalias con tacón rojos. Se sienta frente al espejo y se da una pequeña maquillada pintando sus labios de un rico color rojo pasión.

En el pelo se hace un moño suelto dejando varios mechones ondulados en la frente, se levanta y se observa en el espejo.

—Estas hermosa.

Voltea y sonríe hacia ese hombre tan hermoso, camina hacia él, pone sus manos en el gran pecho, acomoda la corbata —Y tu estas muy guapo.

Éber sonríe de lado —Siempre lo e sido.

Arlet le da con nada de fuerza en el pecho —Presuntuoso.

Éber le roba un beso —En serio estás hermosa, me encanta como te viste.

Arlet lo abraza —Gracias, si supieras que me tomo mucho amarme a mi misma al igual que encontrar como vestirme… pero gracias a mi doctora pude aprender a quererme.

—Ya veo…Me alegro mucho saber que has podido apreciar y ver lo buena que eres… esa doctora hizo maravilla.

Arlet sonríe —La Doctora Carmen le debo mucho.

—¿Ella no es también la doctora de Luna? —preguntó Éber.

—Si, Luna necesita ayuda sus padres le destruyeron el autoestima.

—Woo es… horrible.

—Aquí no es el único lugar donde se sufre cariño, en todos lados hay maldad.

—Tiene razón —Éber se acuerda a qué vino —, tenemos que irnos en una hora y media es la reunión, queremos llevarte a desayunar 

—Pues vamos, ya he terminado estoy lista.

Los dos bajan rápido, antes Arlet tomó su cartera y hecho lo necesario, Eros la halaga por lo hermosa que está.

Al salir de la casa Arlet se acuerda que ella y Éber no pueden comer cualquier cosa, así que si uno de los dos tenía un antojo era lo mejor, la suerte que Éber quería comer panqueques al llegar al lugar tomaron asiento a los 15 minutos su pedido llegó y disfrutaron de ellos.

La hora de la reunión está por llegar, los tres se encuentran de camino hacia el Palacio Real, Arlet no puede dejar de mover su pie en claro signo de nervios.

Abre sus ojos en grande al ver el Palacio Real es demasiado grande,  un inmenso jardín, con diversas flores, plantas y árboles todo muy bien cuidado, al bajar del coche una fila de sirvientes le dan la bienvenida a sus dos príncipes a medida que va entrando al castillo queda en shock al ver tal lugar. 

Los colores suaves le dan armonía, el pasillo está decorado con encantadores flores, suaves cuadros con paisajes de atardecer, llanuras todo de la naturaleza, al llegar a un tipo de sala unos sillones a color que hay toman asiento.

Pero rápidamente son llamados dentro, Arlet se detiene un poco, sus chicos voltean y la mira se acercan un poco a ella Eros preocupado pregunta —¿Pasa algo cariño?

Arlet lo mira —Tengo miedo… no tenga nada, ningún material, ningún folleto nada —balbucea con miedo.

Los gemelos la abrazan con compresión —Lo harás bien —alienta Éber.

Mis jefes intergaláctico [+18]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora