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Unos diez minutos después

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Unos diez minutos después

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MOONBYUL

Miró una última vez el teléfono móvil antes de guardarlo en uno de los bolsillos de su abrigo, dejando sin responder el último mensaje de su marido, donde le pedía nuevamente perdón. El plan nunca había sido separarse, pero así era la vida: si tu cliente más importante te llama por una urgencia, vas. Aunque sea Navidad, y aunque acabes de enterarte de que tu hijo está a poco menos de un mes de irse todo un año a otro país en otro continente.

Moonbyul suspiró, intentando no deprimirse. Sí, Seokjin no volvería hasta dentro de unas horas, eso como mínimo, pero no significaba que el día de Navidad estuviera completamente arruinado. Todavía le quedaba Felix; Felix y sus mentiras, porque no había forma de que Minho desapareciera de la faz de la Tierra sin ayuda, y tampoco había manera de que esa ayuda no fuera su hijo. Pero ya dejaría eso para el día siguiente, confiando en que estuviera pasando lo que estuviera pasando en realidad (porque no era tan tonta como otra gente parecía creer), Minho y su novia se encontraban bien.

Salió del ascensor con eso todavía en mente, y cuando alzó la mirada hacia el final del pasillo el corazón se le detuvo un instante, antes de comenzar a latirle con violencia.

—Felix —susurró con sorpresa, viendo a su hijo llorar sentado en el suelo junto a la puerta del apartamento.

Subió rápidamente la mirada hacia las dos personas junto a él. Eran dos policías, y dentro, al otro lado de la puerta semiabierta, consiguió ver a un paramédico.

Había visto la ambulancia abajo, pero no se le había ocurrido que estuviera allí por nada que tuviera que ver con su hijo. Corrió hacia él sin pensarlo, deteniéndose nada más llegar a donde estaba. Quiso abrazarlo, pero se contuvo en el último momento; en lugar de eso se dejó de caer rodillas frente a él y volvió a mirar hacia lo que podía del interior del apartamento. Se congeló al ver a un nuevo paramédico junto a otro chico al que recordaba haber visto alguna que otra vez en el ascensor, ambos al lado de una camilla sobre la que había alguien tapado con una sábana, asustándola lo suficiente como para no atreverse a terminar de abrir la puerta.

número equivocado pt. 1 | au changlixWhere stories live. Discover now