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Besos, caricias y ciertos toques en sus pieles se presentaban a completa vista en ese gran cuarto, perteneciente a un chico adolescente de cabellos azabache. Ambos se encontraban " en lo suyo ", sus besos cada vez eran más largos, las caricias de Pirrup más provocativas, y los toques de Thorn atrevidos. Sentían sus cuerpos pedir algo del otro, una sensación satisfactoria para ambos, la sensación que conocían los dos, que querían sentirla los dos, y a la que ninguno se negaba.
Pronto unas manos pálidas llegaron desde abajo de la camisa del rubio hasta abajo de sus pantalones, sintiendo ciertos roces helados con sus gluteos, mientras que su trasero era más que tocado, masajeado por el azabache. Ahogaba jadeos entre los besos, pero todo lo bueno termina, y así fue cómo esa sesión de toqueteos terminó al sentir cómo una puerta se abría de forma inmediata, mostrando una gran figura color rojo sonriente.
Los tres se miraron, Thorn seguía con sus manos en la masa, y Phillip seguía mordiendo los labios del hijo del de tez roja, que miraba con sorpresa la escena. No se ahorró las palabras, de ninguna manera. - ¡Tan temprana la relación y ya llegan a esto! Entiendo la tensión sexual pero, ¿Qué mierda? - Frunció el ceño el mayor, ambos volvieron a reaccionar y se alejaron uno del otro.
- ¿¡Qué mierda quieres ahora!? - Gritó molesto, odiaba no terminar las cosas, y una de esas era no poder terminar con las manoseadas a su novio.
- Vengo en forma pacífica a pedirles un favor, claro... si no están muy ocupados. – Se cruzó de brazos el mayor con una expresión de molestia, ¡No veía ningún condón en la escena! Que irresponsables niños. Ambos chicos se vieron, Damien notoriamente frustrado y Pip un tanto avergonzado. Se sentaron juntos en la orilla de la cama, para asentir, aceptando cumplir cualquier tonto favor de Satanás.– ¡Bien! Pues, pasado mañana será el cumpleaños de Chris... Y yo–
–¡No voy a planear el cumpleaños de tu séptima opción sexual! – Dijo de inmediato el azabache, gritando a todo volumen al punto de aturdir un poco al rubio.
–¡Más respeto, mocoso! ¡Es el octavo! – Aclaró de forma ridícula el mayor, haciendo que su hijo solamente rodara los ojos de forma sarcástica. Phillip se mantenía neutral ante todo esto, puesto no le daba mucha importancia a las relaciones del híbrido, le parecían extrañas y promiscuas, si, pero no podía decirle nada, por Dios, si estaba hace menos de un minuto estaba tocando enteramente a su único hijo, ¿Qué tan hipócrita era?
–Señor Thorn, será un gusto ayudar a planear el cumpleaños de Chris! Independientemente de los deseos de Damien, acepto ayudarle en la organización. – Habló en un tono amable, levantándose de su asiento y acercándose al mayor, Damien solo bufó molesto, era obvio que Phillip lo haría, y que él lo haría solo porque... Phillip lo haría.
–¡Me alegra mucho! Necesito una celebración espectacular, ¡Brillos, corazones, globos, un pastel! – Empezaba a dar millones de ideas ridículas, Pip conocía a Chris, al ser ambos los únicos mortales del lugar se llevaban bien y convivían mucho, y sabía a la perfección que era alguien muy simple. La idea de Satanás era ridículamente extrema y llamativa, aparte de imposible al solo tener dos malditos días.
