Esta será la historia de un pobre niño pelirrojo que sufre del maltrato de una aldea completa, pero su hermano peludo le ayudará a conseguir un mejor futuro, conocerá su familia adoptiva, su familia biológica, un grupo de mujeres que están perdidame...
Naruto callo en su trasero tras aparecer en una nube de humo en el mundo de las invocaciones, tomo un momento para recuperarse después de su pequeño viaje entre dimensiones antes de centrarse en su entorno.
El pelirrojo se encontraba en un espeso bosque rodeado de niebla que le daba un cierto aire de misterio pero también de miedo, el niño tuerto estaba eufórico, había funcionado, había logrado escapar al fin de ese infierno.
Estaba tan feliz que su hubiera puesto a saltar si no fuera porque estaba un poco preocupado y temeroso por el lugar, un niño, solo, en un bosque, rodeado de niebla, no era el lugar indicado para ponerse a gritar de alegría, sobre todo si cabía la posibilidad de atraer alguna presencia hostil.
Despejo esas ideas preocupantes y decidió hablar con el zorro.
Naruto:" Kurama-Nee, a funcionado, realmente lo he conseguido"
Kurama:" Si Cachorro, al parecer formas parte de ese selecto grupo de personas con una afinidad natural a un clan de Invocación, enhorabuena" - Le dijo mientras mentalmente manda una rápida oración de agradecimiento a su difunto creador.
Kurama: "Ahora tenemos que encontrar el clan que vive por aquí, intenta sentir alguna presencia cercana"
El pelirrojo asintió e intento percibir alguna presencia cercana, incluso si solo tenia seis años podía detectar las emociones básicas en un radio de doscientos metros a su alrededor, y era solo eso cuando el compañero en su interior no le ayudaba.
Aun a pesar de ello no logro percibir nada, viendo esto el zorro en su interior decidió canalizar su poder para extender el rango de detección, pero, después de dos minutos ambos empezaron a preocuparse, temiendo que algo pudiera haber salido mal hasta que percibieron un atisbo de felicidad en la dirección justo detrás de el niño.
Dicho sentimiento parecía venir de muy lejos por lo que empezó a correr rápidamente, su curiosidad sacando su mejor resistencia.
Estuvo corriendo durante diez minutos sin descanso mientras la niebla se fue despejando poco a poco con cada paso hasta que vio un extraño puente que pasaba por encima de un rio.
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Naruto lo cruzo sin dudarlo y al final encontró una enorme puerta por la que pasaba la luz del sol.
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