Enamorada de un Genio (Spencer Reid y Tú)

Maldita Barbie

Narras tú

Pasó una semana y llegó el día de incorporarme al trabajo.

Al salir del hospital Morgan me estaba esperando en la entrada.
Eso me disgustó un poco porque Spencer me había prometido ir a recogerme.
-Hey- dijo él sonriendo -¿Lista para volver a dar guerra?-
-Siempre- dije riendo -auch todavía no me puedo reír-
-Reid me dijo que viera- dijo él -se durmió y no le daba tiempo a llegar-
-Está bien- dije subiendo a su coche -vayamos a trabajar antes de que Hotch nos extrañe-
-Eso me gustaría verlo- dijo Morgan riendo.

Aquel día no había mucho tráfico por lo que llegamos rápidamente.
Subimos a nuestra planta correspondiente y todos estaban allí esperándonos.
-Vaya- dijo David -mirad quien ha vuelto del Hospital-
-Hola Chicos- dije abrazando a Rossi.
-Tienes muy buen aspecto- dijo García sonriendo.
-Tuve a dos grandes enfermeros- dije guiñándole el ojo a Spencer mientras golpeaba suavemente a Morgan con la cadera.
-Haber si me voy a tener que poner celosa- dijo ella riendo.
-No tranquila- dije sentándome junto a Spencer lentamente.
-Nos alegra mucho tenerte de vuelta- dijo J.J.
-Incluso yo notaba algo raro- dijo Hotch.
-¡Caramba!- dije riendo.

García nos presentó otro caso como siempre.
Esta vez era en Los Ángeles por el asesinato de un joven actor.
Salimos a los treinta minutos y en el avión empezó una conversación extraña.
-¿Crees que la verás Spencer?- dijo Morgan.
-No lo sé- dijo él.
-Dijo que la llamases- dijo Rossi -El extraño en la vida de Lila Archer-
-Dejadme en paz- dijo sacando un libro.
-¿Quién es?- pregunté.
-Es una chica- dijo J.J.- a la que Spencer le gustaba-
-Ah- dije notando como los celos comenzaban a invadirme.

Morgan me dirigió una mirada de complicidad y Spencer me miró de reojo con una sonrisa ladeada.
-¿Qué?- dije mirando a Spencer.
-Nada- dijo con una leve risa.
-Idiota- dije estampándole la cara contra su libro.
-AUCH- dijo -oye eso duele-
-Eso te pasa por reírte de mí- dije cruzándome de brazos.
-No me he reído- dijo serio -¿Estás celosa?-
-¿Qué?- dije -¡No!-

Hotch nos repartió las habitaciones y me tocó dormir con Spencer.
En aquel momento era lo que menos quería pero debía aguantarme.
-Otra vez cama doble- dijo Spencer mirándome.
-Si- dije sentándome -pero esta vez duermes en el sofá-
-¿Qué?- dijo sorprendido.
-Oye he salido del hospital hace un par de horas- dije - necesito estar lo más cómoda posible-
-Eres cruel- dijo serio -pero no puedo negar que es cierto lo que dices-
-Gracias- dije con una leve risa -anda deshagamos las maletas y vayamos al rodaje del joven Arthur Evans-
-Si- dijo él -además Morgan y J.J. nos esperan-

Bajamos al hall del hotel y fuimos directos al estudio donde un montón de personas corrían de un lado para otro para atender a las estrellas.
De pronto una voz femenina sonó detrás nuestro.
-¡Spencer!- dijo una chica rubia de ojos azules muy guapa.
-Hola Lila- dijo él algo nervioso.
-Madre mía -dijo abrazándole- Hacía siglos que no te veía aunque estas igual que siempre-
-Lo mismo digo- dijo él con el mismo nerviosismo de antes.

¡¿Spencer nervioso?! aquello tenía que ser una broma.
La chica saludó a J.J. y a Morgan con un caluroso abrazo pero cuando estaba frente a mí tenía un cierto brillo de desprecio en sus hermosos ojos azules.
-¿Quién es ella?- dijo Lila.
-Es (T/N)_____ -dijo Reid- una nueva compañera de equipo-
-Encantada- dijo Abrazándome con algo de frialdad y con un tono falso que Morgan, J.J. y yo notamos perfectamente.
-Igualmente- dije con una sonrisa falsa que Spencer no detectó.
-Spencer- dijo ella -¿Te gustaría cenar esta noche conmigo?-
-Claro- dijo él -así me cuentas lo que has hecho-

¡¿QUÉ?! Yo tardé meses en conseguir una cita con Spencer ¡¿Y esa Barbie rubia tarda solo dos minutos?!. Definitivamente tenía que ser una maldita broma.
Aquello me ponía enferma por suerte Hotch nos ordenó a mi y a J.J. volver a la comisaría.

Cuando nos alejamos del estudio no lo pude evitar y comencé a llorar.
Ver como Lila me iba a quitar a Spencer me destrozaba por completo.
-Eh- dijo J.J. -Tranquila-
-No puedo Jennifer- dije sollozando -todos sabéis que me gusta mucho, hasta Hotch lo sabe-
-Pero eso no es un motivo para ponerse así- dijo ella.
-Claro que lo es- dije algo molesta por la rabia que sentía -esa maldita Barbie me lo va a quitar-
-No lo creo- dijo ella -tu eres mucho más guapa, lista y con los mismos gustos que Spencer-
-¿Has oído lo de los opuestos se atraen?- dije seria -porque Spencer parece un trozo de hierro atraído por el campo electromagnético de Lila-
-¿Y tú has oído lo de la media naranja?- dijo ella con una sonrisa -ambos sois idénticos y se nota que Spencer te quiere-
-Ya basta Jenny- dije -no quiero seguir con el tema de la maldita Barbie-

Llegamos a la comisaría y hicimos un perfil del sudes.
Por lo que pudimos averiguar era una mujer de unos 30 años que buscaba venganza por algún motivo desconocido pero necesitábamos saber más datos.
Fuimos al hotel y yo me di un baño relajante con sales para olvidarme de todo lo del estudio.
Salí y me puse la ropa interior con un albornoz por encima para ver la televisión cuando Spencer llegó.
-Hola- dijo sonriendo.
-Hola- dije correspondiéndole la sonrisa.
-Voy a darme una ducha- dijo él -he quedado a las nueve con Lila-
-Ah- dije -vale-
-No sé a que hora llegaré- dijo él -no me esperes despierta ¿Vale?-
-No- dije suspirando cuando cerró la puerta y al oír el ruido de la ducha comencé a llorar en silencio.

Por mi mente comenzaron a pasarme las imágenes de Spencer y Lila mientras estuvieran juntos y aquello me destrozaba totalmente.
Spencer abandonó la ducha y yo sequé mi rostro cuando comenzó a vestirse en el baño.
Iba terriblemente hermoso lo que hizo que mi corazón estuviese aún más roto.
-¿Puedo pedirte un favor?- dijo él frotándose la nuca.
-Claro- dije.
-¿Puedes peinarme?- dijo él -se me da bastante mal la verdad-
-Por supuesto- dije dejándole un hueco en la cama -ven-

Comencé a colocar su hermoso cabello que aún estaba algo húmedo pero logré dejarlo justo como a mi me encantaba y al parecer a él también.
-Dios- dijo él -eres asombrosa ¿Quieres ser mi peluquera?-
-No- dije riendo -anda vete o llegarás tarde-
-Tienes razón- dijo el abrazándome -te lo compensaré ¿Vale?-
-Vale- dije sonriendo.
-Te quiero- dijo saliendo por la puerta.
-Y yo a ti- dije antes de que cerrase la puerta.

Cuando la puerta se cerró completamente, me desplomé sobre la cama y comencé a llorar pensando en lo que pasaría entre esa rubia y el adorable doctor Reid.