Cuarenta y cuatro.

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El sonido de su celular lo despertó de su sueño profundo, no quería levantarse así que por instinto se pegó más al cuerpo que estaba detrás suyo. No sabía en qué momento terminó siendo la cuchara pequeña pero Enzo lo sujetaba completamente como si temiera que se escapara, piernas entrelazadas y un brazo tatuado en su cintura. Sentía la respiración tranquila del otro en su nuca, soltó un suspiro con la vergüenza apoderándose cuando los recuerdos de lo que sucedió unas horas antes se apoderaron de su mente.

Los amigos no dormían juntos.

Los amigos amigos no se daban besos en el cuello.

Los amigos no se despertaban entrelazados.

Los amigos no se gustaban.

Restregó sus ojos y con toda la paciencia del mundo trato de escaparse de aquellos brazos, al principio le costó ya que enzo al parecer no quería soltarlo pero al final lo hizo.

Julián se encerró en su baño, vacío su vejiga y luego se dispuso a lavarse los dientes colocó un poco de pasta en su cepillo y cuando levantó la vista para mirarse al espejo ahogó un grito, llevó su mano libre a su cuello. Las marcas que se extendían por toda su piel blanca ahora eran de color rojo y otras apenas violáceas, tenía una que otra mordida y dios mataría a Enzo apenas se despertara el no podía ir con el cuello así a la facultad y menos a rendir un examen.

Terminó de hacer su rutina de mañana, no sin antes intentar quitar aquellas marcas que definitivamente parecían no querer salir, quería llorar. Por lo menos ya hace un poco de frío pensó sería una buena excusa para andar con una bufanda o polera que tape su cuello. Seguramente iría por la segunda opción porque tampoco quería parecer un ridiculo con la primera.

Salió de allí no antes de darle un vistazo a Fernández que parecía seguir durmiendo muy profundamente, se metió a su cocina dispuesto a prepararse algo para desayunar, no sabía qué hora era pero supuso que todavía no era ni mediodía. Puso agua a calentar porque tenía ganas de tomar mates, mayor mente prefería el té pero hoy quería la otra opción. Rebusco en sus estantes algún paquete de galletitas hasta que encontró dos unas eran dulces y las otras saladas.

Preparo su mate tarareando una canción que se le había pegado la noche anterior, colocó todo en la mesa de su comedor y cuando todo estaba listo prendió su televisión para poner un poco de música pero despacio ya que no quería levantar a su invitado. Tomó su celular para ver quien era la persona que le había mandando tantos mensajes mientras comenzaba a cebarse el primer mate.

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Todo mal con vos / AU Julian X EnzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora