2. Roomie

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—¿Lukas?, ¿rayitos eres tú? ¡Pero mírate como estás! —Me abrazó y me dio una vuelta—. Eres un poco más alto.

Ahí estaba él, con un short blanco, una camisa de botones manga corta de color azul pastel y unas gafas de sol en el cabello.

—¿Qué haces aquí?, digo, también me alegra verte, pero, ¿cómo? —Todavía no me la creía.

—Te dije que confiaras en el universo y el destino ¡No estoy diciendo que salgas conmigo, claro que no! Digo, apenas llegaste, sería muy loco y además no es necesario, ya sabes, no nos necesitamos, tú puedes seguir tu vida y yo la mía. —Hizo una sonrisa un poco forzada.

—¿Okay? —Me reí—. Encantado de conocerte nuevamente, Jake.

—Encantado de conocerte nuevamente, Lukas.

—¿Y... A dónde vas? —le pregunté.

—Ahorita voy a mi dormitorio, ¿tú?

—Iba a comprar.

—Bueno, no te quito más tiempo. Bye. —Se despidió con un beso en la mejilla—. Ven con cuidado.

Mis manos comenzaron a sudar, su olor había quedado en mi ropa, mi corazón latía rápido y respiración comenzó a agitarse.

Sus labios se sentían igual, igual que la última vez que me besó.

Me quedé parado ahí unos segundos tratando de procesar lo que había hecho, no me lo esperaba. Me dejó tonto. Volver a ver su rostro, volver a verlo fue impactante. Para nada pensé que lo iba a volver a ver, todo lo que me dijo esa noche lo vi imposible.

...

—Gracias por venir por mí, debí preguntarte primero —le dije a Junseo.

—No te preocupes. —Sonrió—. Te mostraré el comedor, ahí van todos los alumnos que no quieren comprar comida, es gratis.

Asentí. Junseo estaba mostrándome todo el campus para que no me volviera a perder. El lugar era inmenso, cualquiera se podía perder. Lo que sentía al estar ahí era inexplicable, estaba muy feliz, feliz por haber cumplido una meta. Solo quedaba esforzarme más.

Las clases comenzarían hasta tres días después. Ese día habría una fiesta en la residencia donde yo me estaba quedando. Organizada por varios chicos de ahí, todas las residencias tendrían fiestas, la de Clinton House, mi casa, era la más importante.

A veces sentía que esa residencia era mucho para mí, todos los de ahí eran muy populares en la universidad, y no entendía por qué si eran muchos alumnos, de diferentes países. Ser popular ahí era muy grande. Rebecca asistiría también.

Esa día volvía a ver las caras de Lisa y Ximena, estaba muy emocionado por eso. Ellas eran demasiado lindas juntas, no las podía ver separadas desde que supe que eran novias.

—Mira es aquí —dijo Junseo.

El comedor era un edificio que parecía antiguo, era hermoso a la vista y muy grande. Desde afuera se sentía el olor a la comida y también se escuchaba el ruido que provocaban todas las voces ahí adentro.

—Wow, es hermoso. —Estaba impactado.

—Verdad, lo mismo dije yo cuando llegué. Si vienes a comer aquí debes saber que tienen horarios, debes presentarte a la hora que toca cada comida porque si no te quedarás sin comer y además cierran temprano.

—Ya decía yo que era muy bueno para ser real.

—Lo sé. Por cierto, la fiesta de hoy es en la piscina, así que lleva traje de baño y si quieres puedes ir extravagante, créeme todos lo harán.

Easy LoveWhere stories live. Discover now