Easy Love

21. Maybe The College Is The Problem

—¿Ya te dormiste? —preguntó él mientras entraba a la habitación.

No quise responder. Se acercó a mi cama, se sentó y estuvo en silencio por un momento. Sentía que no se movía, no fue motivo que volteara. No quería ignorarlo, pero tampoco quería verlo porque me sentía mal, y sabía que estaba muy, muy enamorado.

—Fui a la enfermería y me dijeron que estuvo bien que limpiarás mis heridas, que pudo ser peor, así que gracias por eso. Estoy agradecido de que estés aquí para mí, tú siempre te preocupas por mí y yo siempre termino arruinando todo. Ojalá tuviera el valor para decirte... Sí, debes dormir, al igual que yo. —Besó mi cabeza—. Descansa, Lukas.

Claramente, había escuchado todo lo que había dicho. Aún seguía sin saber por qué él me había rechazado en la mañana, aún me sentía mal porque yo creía qué tal vez yo era demasiado agobiante. Hubo una cosa que sí pensé.

¿Acaso quiso decir que le gusto?

Era lo más seguro, aunque todavía tenía que tener otra prueba para estar completamente de acuerdo. No quería arruinar nada para ese punto, sumando lo que había pasado esa mañana mi cabeza traía un desastre.

A la mañana siguiente me le levanté y él no estaba, no le tomé importancia. Me metí a bañar para ir a mis clases como normalmente lo hacía, abrí la regadera y puse música en mi celular, lo cual provocaba que no escuchara nada de afuera. Me estaban saliendo canciones aburridas, así que decidí detenerlas. Apagué la regadera y tomé un poco de acondicionador.

Cabe recalcar que yo siempre me bañaba desnudo, me di la vuelta viendo la puerta de vidrio, pero en eso alguien la abrió. Era Jake. No dije nada porque estaba en shock, quiero decir, estaba desnudo, desnudo. No éramos nada aún y ya me había visto sin ropa.

Solo tragué saliva y me quedé con el acondicionador en la mano, él volteó a ver abajo, aunque levantó la vista muy rápido. Parpadeé varias veces tratando de procesar lo que había pasado.

—Lukas, yo... ¡Te prometo que no fue mi intención verte sin ropa!

No dije nada.

—¿Lukas?

¿Por qué sigue ahí?

Tomé la puerta de cristal y la cerré. No podía procesar nada, juro que hubiera preferido verlo desnudo a que él me viera a mí. Y lo peor de todo era el momento, ambos no estábamos bien. Si hubiera sido otro momento, hubiera pasado otra cosa, creo. No quería que me viera desnudo, no así. El baño es algo muy íntimo.

Ni siquiera me terminé de bañar cuando ya me había puesto la toalla. Volví a abrir la puerta, me temblaban los pies, estaba nervioso. Y sí, ya me había visto el trasero, y ya me había abierto la puerta, pero no me había visto ahí específicamente. Era mi pene, o sea algo muy mío, íntimo.

Salí del baño y él estaba con su toalla puesta. Tenía sudor por todo su cuerpo, era claro que venía del gimnasio, me daba asco el sudor, pero no voy a mentir, eso se me hacía tan sexi, quiero decir, podía ver sus músculos tensos por el ejercicio. Todavía se le veía un poco agitado.

—Lukas, perdón. —Se acercó a mí—. Juro que no sabía que estabas ahí.

Madre de Dios.

—No te preocupes. —Sonreí de forma amable. Estaba nervioso.

Me quité de ahí y comencé a buscar unos calzoncillos porque tenía clases en un rato.

—¿Te quería preguntar algo?

—Claro, ¿por qué no? —Me reí.

—¿Estamos bien verdad?