«11-CONFIAR»

50 11 2
                                    

Mis sueños divagan entre ellos: felicidad, tristeza, recuerdos no tan felices pero muy presentes en mi memoria. Veo a Lucca enamorado, mirándome de una forma tan tierna que hoy ya desconozco. Suspira deslumbrado al verme al final de las escaleras con un vestido azul, y mi cabello ondulado. Ese día era nuestra graduación del instituto, unos días atrás habíamos tenido una discusión pequeña: hubo celos en el medio y confusiones pero para nada de que preocuparse. Su perdón fue irme a buscar a mi casa, y llevarme a la fiesta de graduación que nos esperaba. Él lucía un traje negro, camisa blanca y corbata azul y aparte un ramo pequeño de flores blancas y rosadas.

—Te ves hermosa.

Ahí veo un Lucca diferente, compañero y un hermoso hombre que creí que estaría conmigo para toda la vida o al menos en ese momento lo deseaba mucho. Estar enamorada creas tantos planes en tu mente pero todo donde él estuviese.

Había besado mis labios tratando de ser delicado y no correr mi brillo labial. Mamá nos despidió con una enorme sonrisa, y él le prometió traerme a casa temprano. En todo el viaje ninguno de los dos había dicho ninguna palabra, de ves en cuando nos echabamos miradas fugaces. Me sentía tan adolescente en ese entonces, tan niña y con esas mariposas revoloteando en mi estómago haciéndome sentir emocionada y la adrenalina.

—¿No nos perdimos?

Él estaciona el auto aún lado, y luego me mira.

—No iremos a la fiesta, si no te molesta. — Niego dudosa. — Tengo una sorpresa que quizás te guste mucho más que esa fiesta, o si no, podemos ir a la fiesta si te desagrada.

—Deja de dar tantas vueltas. — Sonrió mirándolo tan tiernamente por como se le cruzan cada palabra.

Ambos bajamos del auto. Me guía hacía un pequeño camino de luces, y flores que da al final de una pequeña casita sacada de un cuento de hadas. Lucca abre la puerta dejando a la vista una pequeña sala con luces de poca iluminación pero perfecta.

Esa noche habíamos cenado y hablado de tantas cosas que teníamos a planes a futuro. Estaba emocionada porque por primera vez estábamos teniendo algo de intimidad entre los dos, sin ningún amigo alrededor o padres que nos vigilen.
Esa noche sabía que iba hacer mi primera vez con él, tal vez ya lo sabía desde el principio en que lo conocí. Todo mi cuerpo ese día deseaba que me tocará, que explorara cada parte de mi cuerpo, y así lo hizo fue quitándome el vestido azul: besándome en los hombros, en el cuello y en mi espalda mandando descargas eléctricas que me estremecía. Su perfume, su aliento, su respiración me ponía de piel de gallina. No estábamos completamente desnudos, pero si con nuestra ropa interior, rozando y sintiéndonos a través de la suave tela. El calor que habia en ese pequeño lugar era inmenso hasta podría decir que pareciera que hubiese una fogata al lado nuestro, pero no, éramos nosotros incendiados de amor y pasión por el uno y del otro.

No fue brusco. Fue tierno, se tomaba su tiempo de hacerme sentir y disfrutar, me besaba sin parar y yo tampoco quería detenerme. Quería que esa noche se congelará y nos quedaramos así para siempre, los dos juntos en ese lugar tan pequeño pero de pronto se había convertido en algo tan especial....

Siento mis mejillas húmedas, y unas manos acariciándome mis brazos.

—Alice. — Veo otros ojos que no son de Lucca. Jack me mira preocupado. — ¿Un mal sueño?

—Si. — Miento. Había sido un bonito sueño pero simplemente fue eso un sueño que estaba ahí guardado entre los malos recuerdos que Lucca se encargó de someterme a la oscuridad. — Perdona...

—No tienes que pedir perdón. — Acaricia mi mejilla. Sonrío mirándolo, y le doy un beso en la punta de la nariz. — Tengo una idea, si estas dispuesta aceptar y no preguntar.

—¿Tengo que asustarme?

—No, para nada.

—Entonces acepto.

—Cambiate y te espero, tomate el tiempo que quieras. El bolso que te ha traído tu hermana esta en el baño, lo deje porque sabía que aceptarías.

—Gracias.

Jack se va dejándome sola en la habitación. Me obligó a levantarme, y entrar al baño. Abro el bolso: elijo unos jean, y una remera de manga larga se que afuera esta haciendo demasiado frío. Saco una bufanda, me peino un poco. No tengo mal aspecto, simplemente estoy un poco cansada físicamente o mental.

Me pongo mi brillo labial, rubor, máscara de pestañas y salgo para ir al living.

Jack maneja hacía un parque de diversiones. Afuera hace demasiado frío, tengo mis guantes puestos pero eso no es suficiente. Bajamos del auto  y empezamos a caminar, disfruto del aire, de la pequeña brisa fría.

—Ten. — Jack me da un chupetín de caramelo de colores formado en un corazón.

—Jack. — Sonrio mirándolo con ternura.

—Ven. — Entrelaza su mano con la mía.

Me lleva hasta un lugar que da a la vista hacia la ciudad. Ambos nos sentamos en el césped, y me abraza dándome algo de calor.

—Queria que pudieras despejarte y no pensar demasiado. Te vi muy estresada esta semana, y no es bueno que estes pensando demasiado. —Me mira. — Quiero que disfrutes de este lugar, venía cuando era pequeño mis padres me traían cuando me sentía mal. Era como una felicidad este sitio.

—Es hermoso.

—Y aparte tienes que pensar que tienes a alguien ahí dentro de ti. — Su mano se posa en mi vientre. — Tienes que estar relajada, disfrutar y comer demasiado. — Ambos nos reímos. — Estare contigo Alice no lo dudes ¿Si? —Asiento. — Se que ahora las cosas no estan muy bien, estas atravesando un mal momento con tu ex pareja... Y se que soñabas con él, decías su nombre.

—Lo siento, no quería...

—No tienes que pedir perdón por soñar Alice. — Me dedica una pequeña sonrisa. — Estamos bien nosotros, se que falta mucho para conocernos, el destino nos junto y se que hay algo para nosotros. Pero yo se que ahora no te dejare sola.

—Jack. — Intento no derramar ninguna lágrima. — Se me hará difícil en confiar, lo único que tengo en mi mente es lo que viví estando con él.

—Yo nunca te haría daño. — Sus manos acunan mis mejillas. — Jamás te pondría una mano encima, prefiero aplastarme la mano con un ladrillo pero hacerte daño,no.

—Confio en ti Jack. — Beso sus labios. — Se que eres bueno y muy caballero... Eres dulce...

—No soy tan perfecto.

—Para mi si lo eres, porque se que tu sanaras mis cicatrices. — Acaricia mis mejillas y se toma el tiempo de mirarme tan fijamente a los ojos. — Estoy dispuesta a intentarlo: conocerte y abrir mi corazón contigo Jack. — Sonrió.

—Eso es muy apresurado. — Rie.

—Lo haremos con tiempo, y déjame disfrutar de este momento por favor.

Beso sus labios, y siento que mi cuerpo se emociona al sentir como él me abraza pegando su cuerpo al mío. Siento el latido de mi corazón y también el suyo, tan a la par.

CICATRICES Donde viven las historias. Descúbrelo ahora