Diecinueve

2K 268 144
                                    

El resto de los días fueron acompañados por un ambiente desolado y triste, el clan parecía seguir funcionando pero en aquella habitación donde la joven descansaba el tiempo parecía haberse detenido. Con la piel una vez viva, ahora pálida y debilitada, la joven miró de reojo a su esposo, sentado junto a la cama, con los ojos pesados y tomando su mano.

Ni una sola vez, aunque se lo suplicara, el se había ido a acostar en su habitación o en la misma cama, insistiendo en que no quería molestarla. Ella estaba preocupada porque el no había tenido un descanso adecuado estos últimos días, nunca salía de la habitación por más de treinta minutos.

-Gracias por permanecer a mi lado -comenzó diciendo para luego explicar su preocupación-, pero, ¿No ha estado usted mucho tiempo aquí? ¿Qué hay de sus deberes de líder en el clan?

Toji le dirigió una mirada somnolienta, aún con la cabeza apoyada sobre el colchón, dejó un beso en su mano.

-Naoya se está encargando, debe estar feliz jugando al líder -respondió y dejó soltar una risa, después de todo Naoya siempre había querido ser el líder-. Mi deber como esposo es mucho más importante.

T/N se alarmó un poco pero mantuvo su compostura, para ser sinceros aún no tenía las fuerzas suficientes para perder los estribos. No cree que vuelva a tenerla.

-No es necesario que se mantenga tanto tiempo encerrado en este lugar...

Toji no dijo nada por unos segundos hasta que se levantó y acercó hasta el rostro de la chica, dejando un beso en la comisura de sus labios.

-No lo hago por obligación -dijo contra su piel-. Sabes que no hago lo que no quiero, estoy aquí porque así lo deseo. Quiero cuidar de ti en todo momento.

La chica levantó sus manos con poca fuerza y tomó el rostro de su esposo, aprevachando la cercanía para ella esta vez besar la cicatriz en su boca.

-Lo agradezco tanto, Toji-sama, que se preocupe y cuide de mi -un pequeño ceño fruncido apareció en su expresión-. Pero le pido, por favor, no solo abandone todo por estar aquí...

Esa era la cuestión, Toji que había conseguido el reconocimiento que tanto deseaba y ahora incluso estaba el poder máximo de lo que representaba su clan, tenía mucho tiempo sin sentir estás inmensas ganas de huir. Quería tomar a T/N en sus brazos y escapar, irse lo más lejos que pudiera y que nunca nadie los encontrara. ¿No iba a haber un momento tranquilo para su mujer? Pensó que ahora que estaba junto a el, no había manera de que algo malo le ocurriera, había estado seguro de que lo tenía todo bajo control. Joder que lo creía. Pero ahora se encontraban con el último escenario necesario para terminar de derrumbar a su esposa.

Ella que siempre había sido tan delicada y risueña, postrada en cama con la apenas visibles sombra de una sonrisa.

Si se alejaran del clan, de todo el mundo de la hechicería, ¿Estarían bien?

Un punzada cruzó su pecho. Ya lo había hecho una vez, hacia mucho tiempo y no había terminado bien. Si tuviera que pasar por lo mismo dos veces, no estaba seguro de poder recuperarse a si mismo.

Pero sobre todo, sabía que ella no permitiría que el simplemente lo abandonara todo. Incluso si el le insistiera y dijera todos los días que no era por su culpa, ella sentiría la carga de haber sido quien lo alejara. No era así, pero T/N se preocupaba tanto de ser una carga, que eso solo lo empeoraría todo.

-No estoy abandonando todo, T/N -explicó aún con ella sosteniendo su rostro, la miró directo a los ojos y estaban tan cerca que podían juntar sus labios en cualquier momento-. Estoy al lado de lo que más me importa, porque es lo que más quiero cuidar.

Matrimonio De Libertad (Fushiguro Toji X Reader)Where stories live. Discover now