Tortura Explícita [2]

Capítulo 23

Esa pastilla marcó el principio y el final de todo.

La puerta temblaba en mi espalda pero yo ya lo escuchaba y lo veía todo borroso.

¿Cuántas pastillas he ingerido? No tengo ya la cuenta.

En un momento la puerta es abierta y el pestillo cae al suelo roto.

Mis piernas evitan que la puerta se abra cómodamente.

Dani aparece con la cara llena de lágrimas. Me mira y sonríe al ver que estoy viva.

Me yergue en el baño pero utiliza todas sus fuerzas porque yo solo tengo nauseas.

Mi mirada se pierde en el fondo del inodoro buscando una finalidad. Buscando que todo esto acabe.

Unos dedos indagan en mi garganta buscando que vomite.

Lo consiguen.

Echo todo lo que nunca había echado. Mis manos se aferran al inodoro para no caer.

Y Dani resoplando de alivio y con un ataque de ansiedad me abraza sin escrúpulos.

¿Cómo he podido hacerle esto a mi mejor amiga? La que siempre ha estado ahí y la que me acaba de salvar la vida.

Luego de echar todo y sin que me quede nada. Nos quedamos las dos en el baño tumbadas en el suelo.

Dani me mira pero yo soy incapaz de hacerlo por la vergüenza de querer suicidarme, de haberlo intentado.

-Eli, nunca te dejaría caer.

-Tienes razón. Soy egoísta.- dije con mi voz temblorosa y mi vista nublada aún.

-Te quiero.- me dijo y eso a mi me llegó hasta el alma.

-Sabrina siempre será mi debilidad. Nunca la podré superar.- suspiré cogiendo aire.- Y eso significa que aunque vuelva volveré a ella, como siempre.

FIN DEL FLASHBACK

-Ese día, no sé en que estaba pensando.- dije arrepintiéndome de recordarlo.

-La quieres, la querrás toda tu vida. Y creo que ahora ya te has dado cuenta.

-Hace rato ya.- dije riéndome sin gracia.

-Pues entonces consíguela. Quiérela pero no vuelvas a dejar que nadie te quite esa sonrisa.- dijo Dani tocándome la cara sonriéndome.

Me abracé con ella y nos separamos. Me soltó la pregunta que tanto ansiaba contestarle.

-¿Quién es la otra chica?

Le conté la historia desde el principio. Todo lo que había pasado desde que no hablábamos.

-Tú no te aburres.

Nos pedimos perdón de una y mil maneras arrepintiéndonos de habernos alejado.

-¿Qué piensas hacer ahora con Sabrina y tu madre?

-Supongo que la dejará, pero tengo que enfrentarme a ello. Porque eso me pondrá en batalla con mi madre.

-No lo aceptará.- dijo Dani y yo asentí dándole la razón.

-Todo al final se acaba aceptando.

Dani se marchó a su casa en coche y yo volví al apartamento.