CAPÍTULO 15:PROMESAS QUE DEBEN CUMPLIRSE

150 28 3
                                    

15 de marzo de 2021

Sweet Queens.

22:15 p.m.

SILVIA

La verdad es que estos últimos dos días han sido un auténtico infierno, Koldo se ha ensañado conmigo, cada vez que termino un turno en el club me lleva a su despacho y me obliga a hacerle "trabajos íntimos" como castigo. Lo único que consigue mantenerme un poco cuerda y me contiene a no hacer alguna locura es la promesa que me hizo Dani hace unos días en la última visita que le hice.

"Voy a sacarte de ahí, Silvia, no tengo ni idea de como pero me niego a que pases un puto año más metida ahí."

Bailo alrededor de la barra dejando que múltiples manos me manoseen al agacharme, escucho verdaderas barbaridades de las bocas de los mismos hombres que me observan con deseo, pero desgraciadamente ya estoy acostumbrada. Busco entre la gente la mirada de alguna de mis compañeras pero todas están ocupadas, no me encuentro bien y tengo la necesidad de salir de aquí. Mi corazón comienza a latir cada vez con más fuerza, empieza a faltarme el aire y noto como mis piernas amenazan con fallarme y hacer que me desplome en mitad del escenario.

Trato de concentrarme en el baile pero la presión de mi pecho aumenta a medida que pasan los minutos, la sensación de que algo malo va a ocurrir se maximiza cuando veo a Koldo entrar en el club junto al señor Fischer. Estoy atrapada, no puedo salir de aquí, mi visión se nubla y empiezo a notar como todo me da vueltas, siento como si estuviera fuera de control y no pudiera detener este malestar que se adueña de mi cuerpo.

Las piernas me fallan por completo y caigo al suelo, escucho como la gente que se encuentra a mi alrededor grita decepcionada, Koldo y Adara suben al escenario, uno de ellos pide disculpas al público mientras que el otro me asegura que soy una inconpetente, al ver que no respondo su expresión cambia cuando de repente todo se vuelve negro.

16 de marzo de 2021

Prisión, Málaga.

16:15 p.m.

DANIEL.

Estos dos últimos días me los he pasado la gran mayoría de tiempo metido en la biblioteca, al parecer hoy los vis a vis serán por la tarde así que me da tiempo a ver al Señor Month y ver a Silvia un par de horas. Uno de los funcionarios me hace un gesto para que vaya con él. Llegamos a la sala de visitas donde se encuentran las mesas, ahí puedo localizar al Señor Month, me siento frente a él tratando de aparentar tranquilo aunque estoy realmente acojonado.

—¿Lo tienes?—pregunta yendo directo al grano.

Asiento y con un movimiento astuto le paso un USB en el que está toda la información que necesita.

—Tienes información de otros presos que puede que te resulte útil en algún momento, además de mis datos.

Month tiene una expresión seria, parece estar analizandome cosa que no me molesta, estoy seguro de que puede ayudarme a sacar a Silvia de ese puto infierno. Nos despedimos y vuelvo al interior de la prisión, he llegado a la conclusión de que si quiero ayudar a Silvia tengo que pedir a mi abogado que solicite la libertad condicional, tengo los requisitos necesarios para pedirla. No pasa mucho rato hasta que otro de los funcionarios me acompaña hasta la sala de vis a vis, Silvia me espera sentada sobre la cama, no tiene muy buena cara y sinceramente me preocupa. Está pálida y parece estar concentrada en tratar que sus manos dejen de temblar tan bruscamente, tiene el cuerpo recubierto de marcas con tonalidades moradas, marrones y algún rasguño.

—Antipática, ¿qué te ocurre?—me acerco a ella y me agacho para quedar a su altura.

No me responde pero cuando la primera lágrima cae de sus ojos siento como si dentro de mi se prendiera una llama que no tardará en perder el control, debo sacarla ya de ahí. Paso mi pulgar por su mejilla secando su lágrima, cuando sus ojos verdes finalmente hacen contacto con los míos, esa llama crece, su dolor es visible, me está dejando traspasar las barreras que ella misma tuvo que construir para que esa gente no la matase en el momento que su fragilidad les supusiera un problema.

—No sé qué me ocurre Dani.—admite dejando fluir sus lágrimas.

—Intenta explicarmelo si quieres, tal vez así pueda ayudarte—le digo con ternura—,tomate el tiempo que necesites, tenemos 3 horas por delante.

Asiente y se tumba en la cama, apoyo mi cabeza sobre el colchón sentándome en el suelo, la observo detenidamente respetando su tiempo. Cierra los ojos y coge una bocanada de aire.

—No sé cuánto voy a aguantar esto Dani, me estoy hundiendo y no sé como narices salir a flote.

Su mirada, su mirada delata lo que está planeando y no me gusta, tengo que salir de aquí cuanto antes. Mañana mismo hablaré con mi abogado para que solicite la libertad condicional, tengo que sacarla de ahí. Quiero que esta chica pueda vivir una vida normal, que tenga amigos, estudié trabaje de algo que realmente le guste porque esto la está consumiendo y a mi me está matando ver como lo hace, vale, soy un dramático pero es mi amiga, ¿no? ¿acaso no debería preocuparme por qué se le ocurra hacer alguna tontería?

—Silvia, aguanta un poco más, te prometo que en unas semanas estarás fuera, solo dame un poco más de tiempo.

Sus ojos verdes atraviesan los míos con una tristeza desoladora, las lágrimas se deslizan despacio por sus mejillas hasta caer por su mandíbula y tocar las sábanas.

—¿Y si no consigues sacarme de ahí?

—Yo no hago promesas que no pueda cumplir.—susurro tratando de sonar convencido no sé si por ella o por mi.

—susurro tratando de sonar convencido no sé si por ella o por mi

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cristal® [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora