𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖛𝖊𝖎𝖓𝖙𝖎𝖚𝖓𝖔

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Lloraba desconsoladamente en el hombro de Gavi.

No estaba bien.

Nada estaba bien.

Ni siquiera sentía nada, solo quería llorar y llorar.

Gavi tenía a Ainara en brazos, ya que Pedri no estaba en condiciones de cargarla, todavía estaba en shock.

Solo veía la gran foto de Danielle y su ataúd siendo rodeado por varias personas, incluyendo a sus hermanos y padres.

Estaban devastados, todos estábamos devastados.

Todos llorábamos, incluyendo a Ferran, Ansu, Balde, Sira, Ana, Lewandowski, Busquets y Frenkie.

Los demás del equipo solo apretaban los labios y negaban con la cabeza, ya que no la conocían mucho.

Al que más le afectó todo esto fue a Lewan, la tenía como una hija. 

Frenkie la tenía como una hermana pequeña, y Busquets como una gran amiga.

Todos los demás la sentíamos de la familia, de nuestra familia, de la familia que habíamos formado en tan poco.

Necesitaba aire, aún estando al aire libre enterrando a Danielle.

Todos tiramos una flor encima del ataúd. En cambio, Pedro, lo que hizo fue ir hasta la caja entre sollozos y dejar un pequeño zapatito y una flor, para que se fuera con un pedacito de su hija.

— Te fuiste más rápido de lo que creí de nuestras vidas, llegaste sin esperarlo, sin siquiera planearlo.— Sollozó.— Gracias por ayudar a mi hermana con su problema, es de mucha paciencia.— Solté una risita.— Mi amor, espero que donde estés, estés bien, me veas luchar por nuestras metas, las metas que cumpliré por los dos.— Comencé a llorar nuevamente.— Nuestra hija será un pedacito de ti que cuidaré como mi más mayor tesoro.— Miró a la niña, que estaba dormida en el pecho de Pablo.— Encima de que es igualita a mi, tendré que soportar su carácter que es igual al tuyo.— Todos reímos entre lágrimas.— No me quejaré de eso, sé que eso me ayudará a pensar que sigues con nosotros, y no que ya no estás aquí por culpa de un desgraciado...— Se agachó a tocar la puerta del ataúd.— Te amo, te amo muchísimo mi vida. No quiero que te preocupes por mi, cuidaré a nuestra hija, me ocuparé de nuestro sobrino y haré lo posible porque tu familia supere esto.— Se besó los dedos y los volvió a posar sobre en ataúd.— Adiós...

— ¿Alguien más quiere decir algunas palabras?— Di un paso adelante dando a entender que yo quería hablar. El cura asintió y me dejó.

— Bueno... que decirte, Dani.— Solté una risita.— Me ayudaste cuando más lo necesité, cuando Lau se fue a vivir a Italia. No necesito decir que ahora echo de menos tus abrazos pesados, o tus palabras consejeras que eran de todo, menos consejos.—Todos rieron un poco.— Necesito que estés bien donde sea que estés, que te sientas segura, que nos cuides a todos y cada uno de nosotros. Te queremos muchísimo, no lo olvides...— Dejé un beso en la caja y sollocé.

Me llevé las manos al vientre al sentir algo de dolor. 

Caminé como pude al lado de mi novio y me agarré de su hombro ya que ya no tenía a Ainara.

— ¿Estás bien?— Preguntó preocupado.

— ¿Nos podemos ir, por favor?— Él me agarró del brazo al ver como me mareaba. Sentí algo bajar por mi pierna, menos mal que llevaba pantalón negro.

Miré mis piernas mientras bajaba la mano temblorosa, Gavi solo miraba atento lo que yo hacía.

Toqué la zona mojada y quité mis dedos, viendo sangre en estos. Escuché a Gavi resoplar.

Comencé a marearme nuevamente, hasta que sentí como pasaba un brazo por detrás de mis rodillas y me alzaba en brazos alejándonos de la gente.

Me subió al asiento del coopiloto casi que corriendo y luego se subió él.

No podría parir ahora, apenas tenía 5 meses recién cumplidos.

Sentí como el estómago se me comprimía, me agarré fuertemente de la puerta y el asiento del coche.

— Joder, joder.— Cerré los ojos con fuerza.

— ¿Que pasa?

— Creo que son contracciones...— Resoplé.

A los minutos, llegamos y yo estaba casi que quedándome dormida.

Me llevó en brazos hasta la entrada de urgencias pidiendo que me atendieran rápidamente.

Me pusieron en una silla de ruedas y me metieron a la sala de urgencias.

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— No te preocupes, es algo normal. Suele pasar cuando estás en el segundo trimestre del embarazo, el útero se va preparando poco a poco para el parto, pero no es nada grave.— Explicó la doctora— De todos modos, la dejaremos en observación durante unos días, para ver la evolución del bebé.— Mi novio asintió a mi lado mientras yo jugaba con mis manos.

Tenía una vía en la mano derecha ya que me habían puesto medicina.

— Solo espero que nuestro bebé esté bien...— Gavi besó mi mano.

Yo también lo esperaba...

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Capítulo corto, pero capítulo.

No me matéis por matar a Danielle, pero ella merece un final feliz, y Pedri tiene q encontrar su lugar feliz en otra persona, porque digamos q Danielle y él no estaban pasando por un buen momento d la relación :(

Os amooooo

¿𝐃𝐞 𝐯𝐞𝐫𝐝𝐚𝐝 𝐦𝐞 𝐨𝐝𝐢𝐚𝐬?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora