|° Capítulo VIII: Aclaraciones

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Después del bochornoso momento, ambos tuvieron que silenciar sus celulares. El partido continuó, y aunque Eijiro lo seguía disfrutando, por dentro era un revoltijo de pensamientos y emociones.

¿Por qué había hecho eso? Se acercó a Bakugo al punto de que el espacio personal dejó de existir. Casi hace lo que justo la palabra de la pantalla exigía y casi lo ve todo Japón.

Corrección, Japón lo vio. Pero dando un falso Kiss que para muchos que no vieron detrás de la gorra fue real.

Finalizó el partido y, diablos, debía de estar feliz, saltando, gritando y abrazando a Bakugo. Pero había sido algo muy agridulce. Sí, estaba feliz y sí, disfrutó la experiencia. Pero sabía que nada más salir del estadio, debía de dar más de una explicación.

Aun así, ¿en serio debía explicarlo? Bueno, a su madre quizás... porque el historial de llamadas del día tenían varias de su progenitora... ¿A sus amigos? Tal vez...

Sí, era un nudo de pensamientos y emociones.

Bakugo sin duda lo notó. Kirishima ya no tenía su radiante sonrisa y el brillo en sus ojos se había apagado.

No permitiría que el día se arruinara, no así.

Una vez a unas cuadras alejados del estadio, se detuvo y se colocó delante de Kirishima, deteniendo su paso, el pelirrojo levantó la mirada confundido.

Entonces, Bakugo en impulso se le abalanzó.

Y lo abrazó.

Sí, para el chico que no le gustaba dar afecto, fue algo que se pensó mucho y para el chico que estaba acostumbrado a dar afecto, pero no recibirlo por correspondencia del rubio, lo sorprendió.

Kirishima le respondió el abrazo.

Su diferencia de altura no era mucha, así que se podría decir que estaban a la par.

— No es tu culpa — Bakugo apoyó su cabeza en el hombro contrario — Así que quita ese rostro de mierda que no te sienta bien. Y muestra esa maldita sonrisa que parece querer comerse al mundo.

Los ojos del pelirrojo empezaron a llenarse de lágrimas, escondió su rostro en el hombro contrario y respiró hondo, intentando calmarse antes de romper en llanto.

¿Por qué quería llorar? ¿Por qué sentía miedo? ¿Y por qué sentía que su lugar seguro estaba en el abrazo que Bakugo le daba?

— Lo siento — murmuró, tratando de que la voz no le saliera rota — Perdón por invadir tu espacio personal, no quería y tampoco quería dar una impresión que no era y-yo...

— No es tu culpa — le repitió sin dejarlo de abrazar — Los extras pueden irse a la mierda por sacar de contexto el momento. Tú y yo sabemos lo que en verdad pasó... Estoy bien con eso — rompió el abrazo y levantó el rostro de Eijiro, agarrándolo desde la mandíbula — ahora deja esa cara de perro regañado y cuéntame, niño lindo , el resto del partido y como fue que tu equipo ganó.

Kirishima se olvidó a sonreír, no estaba del todo bien, pero agradecía el esfuerzo de Bakugo por hacerlo sentir bien.

En ese momento Bakugo comprendió una cosa. No era pagarle a Eijiro porque se lo debía del día anterior y no era reconfortarlo para que no arruinara el día y quedara como un mal recuerdo. No, era algo parecido a cuando abrazaba a Camie o hablaba con Tsuyu en el respectivo momento en que estuvo en relación con cada una. Pero más fuerte.

En resumen, estaba jodido.

Y tan solo esperaba que Kirishima fuera lo suficientemente lento para darse cuenta y que el sentimiento pasara rápido.

Aprendiendo A Quererte || KiribakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora