XXXIV

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—Podrías habernos presentado a Aidan antes. — Su padre la abrazó afectuosamente. — Ni más ni menos que el dueño de la galería Gallagher. — Añadió ligeramente deslumbrado.

—Culpa mía, señor. — Aseguró Aidan mientras estrechaba su mano. — Sucedió tan deprisa. ¡ T/n me noqueó literalmente en cuanto la vi! — Literalmente, tal y como lo recordaba.

Henry asintió, convencido de que eso le sucedería a cualquier hombre que conociera a su preciosa hija. Eran un poco mayores de lo que Aidan se había imaginado: ambos rondaban los sesenta años. Eso significaba que Henry y Jean debían de haber adoptado a casi con cuarenta. Aidan se preguntó por qué habrían esperado tanto para tomar esa decisión.

La eterna solución a cualquier situación en Inglaterra, una taza de té, fue sugerida por Henry, quien se disculpó por no tener champán con que celebrar el feliz acontecimiento.

Aidan observó que t/n se sobresaltaba. Parecía estar a punto de soltar la verdad en cualquier momento, y a la mierda las consecuencias...

—Un té será perfecto, señor. — Aseguró Aidan mientras aceptaba la taza. — De todos modos, t/n no puede tomar champán en su estado. — Añadió con firmeza. — No hasta que nazca el bebé, dentro de unos siete meses y medio o así. — Agregó con precisión. ¡A ver cómo salía ella de ésa!

T/n miró incrédula a Aidan mientras observaba el gesto de sorpresa de sus padres ante la noticia, pero sólo encontró desafío en su mirada. Esa mirada dura y distante.

No le dejaba ninguna salida. Su fría mirada verde se lo decía claramente. Ella le pertenecía. El bebé le pertenecía.

Bien era cierto que ella había vacilado. Se había preguntado si sus padres entenderían su embarazo y su solicitud de ayuda. Pero la manera relajada y posesiva en que Aidan había dado la noticia no le dejaba ninguna oportunidad.

Y él lo sabía...

¡Maldito sea! Pensó.

—Mamá, papá… — T/n se volvió ansiosa hacia ellos. — No quería decírselo tan bruscamente. — Lanzó a Aidan una mirada de odio antes de tomar la mano de su madre. – Pero Aidan y yo vamos a tener un bebé, a principios del año que viene. —

—Eso quiere decir que la boda será muy pronto. — Dijo Aidan, aunque no lo había llegado a hablar con t/n. — Mis abogados están solucionando el papeleo en estos momentos.

¡Sus abogados!

¿Para qué estarían sus abogados organizando la boda? A no ser que Aidan estuviera pensando en firmar algún tipo de acuerdo prenupcial o algo igual de frío y calculado. Ella no estaba dispuesta a firmar algo así. Ni ahora, ni nunca.

Pero ése no era el momento de discutirlo con él. Estaba demasiado preocupada calmando a sus padres para pensar en los planes maquiavélicos de Aidan.

—Puede que nos venga bien una copita de jerez. — Dijo su padre débilmente mientras iba a por tres copas. Una para él. Otra para su madre. Y otra para Aidan. Este último no sólo no parecía alterado, sino que disfrutaba cada instante.

—Bueno, ¡supongo que ya era hora de ser abuela! — Su madre fue la primera en recuperarse de la impresión y apretó la mano de t/n con aprobación.

—¿No tendrás intención de llevarte a nuestra niña a Estados Unidos, verdad, Aidan? — Su padre era más práctico.

—No, señor. — Aseguró. — T/n ya ha dejado claro que quiere vivir en Inglaterra y yo estoy de acuerdo. Lo que ella quiera. — Añadió desafiándola con la mirada. El padre sonrió, satisfecho con un hombre deseoso de mimar y cuidar a su «niña» como Aidan parecía querer. Pero t/n sabía que no era así.

Lo que Gallagher quería era a su bebé. Y si tenía que concederle algunos caprichos a ella para conseguirlo, lo haría.

T/n no podía mostrar su agitación delante de sus padres. Tenía que hacerles creer que estaba feliz y contenta, como Aidan había insinuado.

—Por supuesto, papá y tú tienen que venir a Londres para la boda. — Dijo ella afectuosamente a su madre. — De hecho, ¡seguramente serán nuestros únicos invitados! — Dijo sin tener ni idea de los preparativos que había discutido Aidan con sus abogados, pero dudaba mucho que se tratara de una boda a lo grande.

—De eso nada, amor. — Dijo Aidan con ternura. — Tu compañera de piso también querrá venir. Y todos los amigos que quieras invitar. Además, he decidido cerrar la galería ese día, de modo que los empleados también podrán venir. Mis padres vendrán, por supuesto, junto con mi hermana pequeña y su familia. — La miró a los ojos, parecía estar siendo sincero. T/n no se lo podía creer. Había supuesto que su boda iba a ser prácticamente clandestina, un secreto para la mayoría, salvo algunas excepciones. Y resultaba que Aidan iba a invitar a medio Londres y a todos sus parientes cercanos, además de a sus propios padres. — Iba a ser una sorpresa, cielo. — Murmuró mientras se acercaba para besarla en la boca y rodearla con su brazo por la cintura. Por sus padres, claro estaba. Y todos esos preparativos seguramente también eran por ellos. —Celebraremos un convite en algún gran hotel. — Dijo él a los padres mientras sujetaba a t/n con firmeza. — Creo que lo mejor sería reservarles una suite para un par de noches. Estoy seguro de que querrá que su madre la ayude en ese día, ¿verdad, mi amor? — Sus preciosos ojos verdes brillaban burlonamente. T/n se preguntaba qué estaba sucediendo. Aidan ya había estado casado antes, y tenía cierta experiencia en la organización de una boda, ¡pero aun así! — Sólo hay una cosa que nos preocupa. – Él se volvió hacia los padres de ella. — Por supuesto, t/n me ha explicado que es adoptada. Seguro que era una bebé adorable. — Añadió al ver que su padre fruncía el ceño. — Pero nos preguntábamos si tenían alguna información sobre los verdaderos padres de t/n. — Los miró inquisitivo. — Ahora que está embarazada, el historial médico de sus padres sería de gran importancia. — Añadió cándidamente.

T/n no estaba segura de que sus padres hubieran sucumbido al encanto desplegado por Gallagher. Al mirar a su padre, vio que seguía con el ceño fruncido, y su madre lo miraba con ansiedad.

—¿Qué clase de información buscan? — Preguntó el padre con cautela.

—Sólo el historial médico. — Aidan se encogió de hombros. — Y cosas así. — Sentía la repentina tensión en t/n, el salón, y se preguntaba si también... — ¿Conocen ustedes el nombre de la madre biológica de t/n? — Prosiguió. —  ¿O puede que del padre? —

𝐈𝐧 𝐚 𝐌𝐢𝐥𝐥𝐢𝐨𝐧𝐚𝐢𝐫𝐞'𝐬 𝐁𝐞𝐝 [ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ] (𝓐.𝓖.) [✔︎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora