𝐈'𝐯𝐞 𝐠𝐨𝐭 𝐦𝐲 𝐞𝐲𝐞 𝐨𝐧 𝐲𝐨𝐮

🦋015🦋

★Feliz cumpleaños.★

Miró su teléfono por quinta vez en el día, leyendo la lista que había escrito horas antes en la famosa aplicación de notas, para no olvidarse de nada.

Y si eran más de las siete de la tarde y aún no había acabado de hacer compras, corría de un lugar a otro y de verdad, quería que todo fuera especial para su pareja.

Por alguna extraña razón, el castaño había pescado un resfriado severamente grave y se encontraba descansando en su casa, no había grabado ningún video y no quería contagiar a ninguno de sus amigos.

Simplemente se la pasaba durmiendo a su lado, pidiéndole mimos o hablando con su madre por teléfono, para mantenerla al tanto de su salud.

Y no era tan experto en algunas cosas y una de ellas era cuidar de alguien enfermo, si sabía tomar la temperatura y usar los paños de agua fría, pero más allá de eso no sabía ni un carajo.

Pero a pesar de que el Uruguayo la estaba pasando mal, no quería ver a ningún doctor o médico cerca de él, además de que odiaba los hospitales, era un lugar muy blanco, para algunas noticias tristes o desgarradoras.

Aún que a tratado de convencerlo, este se niega rotundamente a ver a alguien profesional y le recalca que estaba haciendo un buen trabajo cuidándolo y mimándolo, pero sabía que estaba equivocado.

No estaba haciendo nada bien y la gripe no a hecho más que empeorar y sus conocimientos eran limitado y por eso presionaba al castaño para que un profesional le viera o le recetara algún medicamento, pero terco tenía que ser el Dominante.

Aveces desconocía varias cosas de su pareja, una de ellas es el nivel de terquedad que el mencionado podía llegar a tener, una vez que piensa algo se aferra a esa idea y no la suelta, hasta comprobar por el mismo que se encontraba equivocado o si tenía toda la maldita razón.

Si era sincero, el chico se parecía bastante al pequeño Picu.

A pesar de que no se lleven muy bien ambos, creando escenas de celos o peleando por quien pasará más tiempo con el, ambos tenían demasiadas cosas en común y una de ellas eran lo terco que podían llegar a ser ambos.

Y claro, luego está lo adorable y la ternura.

Pero a pesar de todo ellos, ambos pueden llevarse bien, aún que se a por un promedio de tiempo, ambos logran convivir un poco y pasar un rato ameno.

Volviendo a la gripe y el castaño, este último se había enfermado por su culpa y por la tristeza que su madre le hacía tener día y noche.

El chico se la pasaba saliendo de su casa, para luego traerle rosas y chocolate para subirle los ánimos, cosa que siempre logra con sus palabras y cariños.