ꜰᴇᴅᴇ ᴠɪɢᴇᴠᴀɴɪ x ɪᴀɴ ʟᴜᴄᴀꜱ
(ᴏᴍᴇɢᴀᴠᴇʀꜱᴇ).
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Fede Vigevani: Un chico de 23 años (Alfa dominante), se enamora, de Ian Lucas un chico de 20 años (Omega) el cual suele ser muy miedoso con todo lo que tenga que ver con espíritus o demonios.
y se da...
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—¡Te amo Ian!.
Todo el mundo se mantuvo en silenció al escuchar las palabras del niño entre sus brazos y no fue luego de un par de minutos que su pareja bajó y lo miró de manera enojada.
Si bien aveces estos se llevaban bien, también había veces que el Alfa solía ser demasiado celoso cuando se significaba de él y literalmente una pelea se estaba por formar.
Hace más de dos semanas atrás habían dicho que el pequeño niño era un Alfa común y corriente y que era normal que considerara a cualquier Omega que lo tratara de manera amable como su pareja.
Pero nunca pensó que sería sólo a él, si bien con Carlitos también había pasado lo mismo semanas antes, el pequeño Alfa se había apegado con el.
Algo que aveces resultaba ser algo agobiante, debido a que sólo se formaban peleas sin sentidos entre su Alfa y el pequeño entre sus brazos.
Si bien aveces lo celos le ganaban a su pareja, también habían otras que estos ni siquiera aparecía y eso era cuando el niño no le daba muestra de afecto o le decía palabras lindas.
Observó cómo su pareja abrió la boca listo para decirle algo al niño, pero levantó su dedo para callarlo, cosa que funcionó.
Todos se miraron entre sí sin saber que decirle al pequeño, no quería herirlo o hacerlo llorar, pero era necesario decirle que no era cómo el pensaba o sino las cosas se malinterpretarían y el Alfa pequeño crecería con la idea de que el era su Omega.
Debía hacerlo, no quería que todo fuera de mal en peor.
Con nerviosismo y pidiéndole ayuda con la mirada al único Beta que se encontraba en la casa, se sentó en el sofá y comenzó a explicarle con palabras "no hirientes" al pequeño que no era cómo el pensaba.
Si bien la explicación se oía de manera nerviosa, debido a que el Uruguayo lo miraba fijamente, mientras se mantenía apoyado en el umbral de la cocina cruzado de brazos.
Los susurros a través del lazo, le hacían comenzar a temblar, pero se detuvo sacudiendo su cabeza y miró de manera sería y enojada al Alfa.
Claramente no tuvo ningún efecto en el.
Miró al Beta el cuál le hizo entender al pequeño Alfa que lo que pensaba estaba mal y al parecer el pequeño lo había entendido muy bien.
Incluso este último le pidió disculpa por lo dicho y simplemente besó su mejilla, para irse a jugar con el perro en el jardín.
Suspiró de manera aliviada, pero aún faltaba calmar los celos de su pareja, el cuál de igual manera mantuvo su mirada sería y enojada sobre.
Ah...parecía un niño.
Que más da debía bajar los celos de su pareja o mataría a cualquiera que se acercara a él.
