QUINCE

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Bianca

Un año, es el tiempo que ha pasado desde que dejé Italia atrás y todo lo que tenía que ver con ella. Ocho meses es el tiempo que ha pasado desde que escuche las voces de Luca y Andreas por última vez. No he vuelto a verlos, oírlos o saber algo de ellos.

-Hoy va a ser un turno aburrido, pero después iremos a bailar- dice Amanda moviendo las caderas.

Niego con la cabeza riéndome. Amanda se ha convertido en una gran amiga y lo mejor es que se lleva genial con Grace, ella ha venido a visitarme varias veces desde que estoy aquí, nunca dejó de hablarme. Sí, puedo decir que, Grace, es mi mejor amiga. Ha sido un apoyo todos estos meses, cada vez que me daba un bajón y no podía salir de casa, Grace se encargaba de enviarme comida a domicilio a través de Amanda. Ambas me han ayudado mucho. Le conté a Amanda todo por lo que estaba pasando el día que me encontró en el pasillo del hospital con un ataque de ansiedad por haber escuchado a Andreas y Luca hablar por el móvil de mi madre. Cierro mi taquilla, en cuanto mi turno acabe, me iré a casa a descansar y después iré con Amanda a un bar a bailar.

-Quizás le diga a Gael que venga- dice Amanda.

-No, por favor, me moriré de vergüenza si lo haces- le digo.

-¡Oh venga! Tienes que seguir adelante, Gael es guapo y médico, no un mafioso. Le gustas, te besó y habéis tenido varias citas.

-No eran citas- suspiro- Sólo somos amigos. Y sí, me besó y no sé cómo sentirme al respecto.

-Amiga- Amanda se detiene en mitad del pasillo y me detiene con ella- Tiene veintiún años, estás muy buena. No desaproveches tu juventud y tu vida por dos imbéciles que te rompieron el corazón. Por muy buenos que estén.

-Sigo amándolos.

Amanda me da un abrazo.

-Un clavo saca a otro clavo- me dice separándose de mí- Inténtalo. Gael es bueno.

Resoplo, conozco a Gael. También se ha convertido en un buen amigo, pero es todo lo que siento por él, amistad. Me siento en una silla tras el mostrador central, aquí es donde espero que haya alguna emergencia con una embarazada. A veces hay turnos muy locos y otros más tranquilos. Ya he traído al mundo a tres bebés, incluido mi primer bebé. Es el mejor trabajo del mundo, aunque a veces tengo que dar malas noticias, eso sólo me ha pasado una vez. Por suerte Gael estaba conmigo para hacerlo, me ayudó y me apoyó cuando tuve que comunicarles a unos padres que uno de los bebés que esperaban estaba sin vida. Era un embarazo gemelar que no salió bien del todo. Mi móvil vibra en el bolsillo de mi camiseta del uniforme. Es Clara, otra compañera que está de baja.

-Tuve un aborto a las doce semanas- leo en voz alta el mensaje de Clara.

-¡¿Tuviste un aborto?!- todo dentro de mí se revuelve al oír sus voces.

Me guro abruptamente y ahí están, como dos fantasmas persiguiéndome. Me han encontrado.

-Perdiste a nuestro hijo- jadea Luca.

Empieza a tambalearse a los lados, Andreas trata de sujetarlo, pero es inútil, Luca cae al suelo golpeándose en la cabeza.

-¡Luca!- grito levantándome de la silla.

Me apresuro a ir hacia él, Amanda se agacha a mi lado para atenderlo. Tiene una pequeña herida con sangre en la sien. Saco la linterna de mi bolsillo y le abro un ojo, las pupilas responden bien. Le ordeno a dos enfermeros que me ayuden a subirlo a una camilla.

-Mierda- me quejo mientras ayudo a coger a Luca del suelo- Está más grande.

-¿Sufriste un aborto?- me pregunta Andreas.

FIRE #5 [Disponible en físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora