Capítulo 3

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Me paso lo que resta de la mañana con Lorenzo, mientras empacaban sus cosas el me cuenta más sobre mis padres.

No voy a mentir, me siento muy confundida. Siento como si estuviera en una película que en cualquier momento dirán "Corte" y todo se desmoronará.

A la hora del almuerzo salimos hotel, rumbo a la casa de Nidia. En silencio miro el anillo en mi dedo anular de la mano derecha. El corazón se me llena de dolor al pensar que mi madre lo habría llevado puesto siempre.

Cuando llegamos soy la primera en bajar del auto, lo espero y junto entramos a la casa.

Suelto un grito cuando se escuchan pequeñas explosiones y luego el confeti sobre mi. Nidia, Nicolás y Noah están delante de nosotros.

Este último al ver al hombre detrás de mi, su sonrisa se borra.

— Feliz cumpleaños, cariño —Nidia se acerca a mi y me abraza, una vez se aleja mira al hombre que me acompaña— ¿Quién es él?

— Mucho gusto, soy Lorenzo Davis —se presenta con todos antes de que yo lo haga.

— Él es un viejo amigo de mi padre —Cuando digo esto, Nidia y Noah son los más sorprendidos. Nicolás se ve más tranquilo.

— Nicolás —Lorenzo se acerca y le da la mano. Nicolás la acepta devolviéndole el saludo.

— ¿Se conocen? —frunzo ceño.

— Lorenzo se puso en contacto conmigo hace unos días —Nicolás nos hace pasar a la sala mientras nos cuenta, me siento al en el sofá y Noah a mi lado— Yo fui que le conté sobre ti. El dijo que se pondría en contacto contigo, pero nunca dijo cuando.

— Debía estar seguro primero —dice Lorenzo— también debía armarme de valor para contarle todo a Gala.

— Eso quiere decir...

— Debo volver hoy —interrumpo a Noah.

— ¿Estás jugando, no? —Noah se pone de pie— ¿como te vas a ir con un desconocido? ¿De hace cuanto lo conoces? ¿Horas?

— Noah... —trato de tomar su mano y tranquilizarlo. Pero se aleja con rabia y niega con la cabeza.

— Noah, tranquilízate hijo —Nidia se pone de pie y toma la mano de su hijo— Todos sabíamos que esto iba a pasar, en cualquier momento. Gala necesita saber de su pasado y nosotros la vamos apoyar —acaricia su mejilla y luego me mira— Ella volverá ¿verdad?

— Por supuesto —me pongo de pie y me acerco a ellos. Noah me mira con tristeza. Se aleja de su mamá y me abraza, no dudo en corresponder el abrazo.

— Si me necesitas llámame, yo estaré ahí sin pensarlo.

— Está bien —murmuro.

Nunca me imaginé que despedirme de ellos me dolería tanto, ahora me doy cuenta de cuánto les quiero y alejarme, sin saber cuándo volveré, me duele.

Noah es quién parece más afectado y lo entiendo, siempre estuvimos juntos, en las buenas y malas. En esos días que creí tocar fondo, él estaba ahí para sostener mi mano y no dejarme caer.

Ya con todo listo, mis maletas en el auto, me detengo y vuelvo a mirarlos. Nidia está llorando, Nicolás la abraza y me mira con una sonrisa triste.

Noah por otro lado me mira con los ojos llenos de lágrimas, se acerca hasta que se detiene delante de mi. Parece que quiere decirme algo, más no lo hace, se acerca y deja un beso en mi frente.

— Te voy a extrañar.

— Yo también —sonrío triste— Estaré llamándote.

— Y yo estaré esperando esas llamadas —toma mi mano— Cuídate por favor.

Mi Destino © +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora