Capítulo 12

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— Yo conduzco.

Es lo primero que digo desde que llegamos. Delante de nosotros hay un convertible de color rojo, bastante bonito.

— No, nunca —niega con la cabeza— No pondré mi vida en peligro.

Entra ambas mochilas al auto. Cuando intenta entrar me pongo delante de él impidiéndole el paso.

— No pondrás tú vida en peligro, no seas dramático —ruedo los ojos— Yo me sé mejor el camino, llegaremos bien y a salvo —pongo mi mano para que ponga la llave sobre esta.

— Recuerda que es un auto alquilado, no quiero pagar más de lo que me tocó pagar —me da las llaves.

Sonrío, me subo al auto. Enciendo el auto, Cayden entra del lado del acompañante y se pone el cinturón. Ruedo los ojos, aún así lo imito y me pongo el cinturón.

Pongo el auto el marcha, manteniendo una velocidad prudente mientras salimos del parqueo. Cuando entro en carretera piso el acelerador lentamente.

— Gala... —lo miro de reojo— Baja la velocidad.

— No sabia que le tenías miedo a la velocidad —dejó una mano en el volante, con mi mano libre enciendo el radio. Bajo un poco la velocidad para tomar mi celular y conectar mi celular al auto.

Pongo las canciones en aleatorio, la primera en sonar es la canción de Halsey y Lauren Strangers

— Que buenos recuerdos —digo sarcásticamente, Cayden rueda los ojos.

Empiezo a cantar en voz baja, manteniendo esta vez mi atención en conducir.

— ¿Que dad tienes? —pregunto, Cayden toma mi celular y repite nuevamente la canción de Halsey.

— Tengo veinticinco —responde— ¿Quién te enseño a conducir?

— Noah —sonrío recordando todas las travesuras que hicimos juntos.

— ¿Tú hermano adoptivo? —Asiente— Lorenzo me a hablado de él.

— Ya me imagino.

Lorenzo sigue con la loca idea de que Noah está enamorado de mi.

— Ya nos estamos acercando —Le digo.

— Está bien —Apaga la música, voy a quejarme pero antes de que pueda hacerlo el sigue hablando— Lorenzo te a programado una cita, para los dolores de cabeza.

— No pasa nada, son... —guardo silencio unos segundos, nadie más sabe de mi pérdida de memoria. Tal vez es el momento de que Cayden lo sepa, a fin de cuentas es quién me está ayudando en todo esto.

El doctor que me atendía aquí ya me había dicho que los dolores de cabeza son secuelas del accidente. Y el que también mi cerebro se fuerce en recuperar viejos recuerdos es otro factor que provoca los fuertes dolores de cabeza.

Cuando estoy apunto de contarle, veo a los lejos muchas patrullas de policía y ambulancias. Una gran cantidad de humo nos recibe y las cintas policiales que impiden el paso.

Detengo el auto, cuando me bajo ubico con la mirada que es lo que está pasando.

Veo un par de policías entrar y salir de la casa de Nidia. Siento como el alma abandona mi cuerpo, empiezo correr escuchando a Cayden correr detrás de mi, mientras me llama una y otra vez.

— ¡Gala, espera!

Paso la cinta y un policía me detiene rápidamente.

— ¡Suélteme, son mi familia!

Mi Destino © +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora