20.- Nuestras acciones.

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¿Estamos a mano?

―ʚɞ ―

Abro los ojos, mi cuerpo todavia esta temblando. Incluso cuando duermo, todavía tengo temblores. Él está aquí, sujetándome firmemente hacia él, no me deja ir.

― Está bien Jaemin, te tengo.― Cierro los ojos, escucho su corazón dispararse, su respiración es uniforme y regular.

El sudor cae por mi espalda, remojándome, empapándolo. Él está tan mojado como yo, pero él continúa sosteniéndome, sin prestar atención a su propia incomodidad, a sus músculos estrechos, a su brazo entumecido.

Estamos en el suelo del baño, con la espalda apoyada contra la pared, me acuné contra él.

Soy un desastre apestoso, lleno de vómitos, lágrimas y mi propia existencia. Me está sacudiendo como una madre a un niño enfermo, susurrando suavemente en mi oído.

Su mano está en mi frente y mi cabeza en el; cayendo de su brazo, mi mejilla esta presionada contra su pecho desnudo.

Encontré consuelo en esto. Es algo que no he tenido en mucho tiempo y mi cuerpo lo anhelaba.

― Vas a estar bien.― Él cree sus propias palabras, aunque yo no. Pongo mi mano contra su corazón.

Los latidos fuertes aumentan cuanto más tiempo descansa mi mano allí. Él es afectado por mi, ese pequeño toque envía tan dulce placer fluyendo a través de su cuerpo.

― Estoy bien.― Me alejo de él, creando espacio.

―¿Ya te quieres duchar?― Se pone de pie y pone mi culo contra el borde de la bañera, así que estoy sentado. El comienza a llenar la bañera con agua y en lo que miro lo cristalina que es, vuelve rápidamente y trae consigo un cambio de ropa y zapatos, poniéndolos en el mostrador.

Tocando el agua para asegurarse de que es la temperatura adecuada, él intenta quitarme mi suéter otra vez .

―Prefiero que te vayas.― Junto mis brazos protegiendome de su vista.

Parece herido, pero está de acuerdo. Una vez que la puerta está cerrada con seguridad, me quito las prendas ofensivas, pateándolas en una pila lejos de mi.

Hundiéndome en el agua tibia, me limpio. Después de enjuagarme el cabello con el acondicionador, salgo y envuelvo una toalla a mi alrededor.

Es en el espejo que me vuelvo a mirar a mí mismo, pero nadie que me conoce me mira fijamente. Parezco enfermizo. Piel ceniza, mejillas hundidas. Mis ojos se ven tan atraídos por mis cicatrices. Siempre se me quita el aliento mirando esas marcas.

Líneas blancas descoloridas, corriendo en patrones irregulares a lo largo de mis brazos, sobre mis hombros, ninguna piel lisa dejada en mi espalda. Miro hacia otro lado con disgusto y me seco, vistiendo rápidamente. Satisfecho de que estoy completamente cubierto, entro en el espacio abierto de la casa.

Él está allí, esperándome, con una taza en la mano. ― Ven y sientate. ― palmea el lugar a su lado ― ¿Te sientes mejor? ― Me da la taza. Oliendo, me doy cuenta de que es sopa de pollo. Mis manos todavía tiemblan, haciendo difícil agarrarla. ― Permiteme.― Sumerge la cuchara en el líquido caliente, soplando suavemente antes de llevar la cuchara a mis labios. Me trago el liquido y calienta mi vientre. Él me está dando nutrición y no podría ser más feliz le estoy permitiendo que me alimente.

― Esta bueno.― Lo digo en serio, el caldo es tan sabroso, puedo sentir que mi náusea disminuye, mientras él me brinda los bocados del líquido curativo.

I'll Make You Cry | Nomin Where stories live. Discover now