capitulo 4

1K 102 16
                                    

By Ellie.

Me temblaban las manos. Me sudaban. ¿Por qué
estaba sudando? ¿Por qué tenía tanto frío? ¿A qué
venían esas arcadas? ¿Y esas ganas de vomitar?

¿Por qué la niña estaba tan sola?

¿Quién está sola?

¿Qué niña?

No hay ningún niña. No está llorando.
No hay ninguna tormenta, la lluvia no repiquetea
contra el cristal de la ventana, no se oye ningún
trueno. No hace frío. No tengo miedo.

¿Quién tiene miedo? ¿Qué es eso? Yo no tengo
miedo.

-Elrrliiee.

¿Quién dice eso?

-Ellieeershsj...

¿Quién eres tú? ¿Por qué dices eso? ¿A quién
intentas llamar?

Silencio...

Abrí los ojos y tal y como suponía, mojada hasta
arriba por el sudor frío, temblando por lo mismo,
me miré las manos alzadas, incrédula. No había
nada en ellas, solo mis dedos. Suspiré de alivio,
moviéndolos para cerciorarme de que no seguía
soñando. No. Eran mis manos grandes y fuertes,
con los nudillos agrietados cubiertos por la sangre
seca, no pequeñas y débiles, como las manos de una niña.

Pero de algo si estaba bien segura y totalmente despierta, alguien me estaba llamando, pero no podía levantarme ni adivinar quien o que me llamaba, estaba en un trance que me paralizaba, no podía moverme, estaba a empezando a volver a la inconsciencia...

-¡ELLIE SI NO SALES DE UNA JODIDA DE VEZ POR TODAS ENTRARE!.- Abro los ojos enseguida, perfecto, como siempre tienen que interrumpir todo, y como de costumbre era la única voz que no querías escuchar por la mañana y menos que estuviese gritando cuando recién despierto de un trance extraño.-¡CRÉEME QUE NO ME IMPORTA SI ESTAS DESNUDA!

Suspire tratando de mantener la paciencia, que dicha persona me robaba cada que habría la bocaza para gritarme, pero vaya costumbre tenia de venir todas las mañanas a hacerlo, como si fuera un despertador de los que usaba la gente de antes.

Abrí la puerta enseguida.

-Joder Jesse! deja de venir a gritar a por mi todas las mañanas, todas las mañanas joder, que te sucede.- dije abalanzándome hacia enfrente con la mano aún sujeta en la puerta. Tratando de sonar lo más seria que fuera posible, a ver si ah si se le quitaba la costumbresita esta.

Él estaba apoyado en el marco de la puerta, golpeando el pie impaciente, con una mano sujeta en la cintura, me miraba con una cara de querer golpear y tirar todo lo que estuviera obstruyendo su paso.

-¿Sabes que? No-me-importa, no me importa tener que venir todas las mañanas por ti, créeme, además tenemos que salir más temprano.-Dijo recalcándolo, haciéndolo ver bastante obvio que le daba igual, y se metió con toda confianza en mi casa, para después sentarse de lo más cómodo un sillón viejo.

Mi sillón viejo.
Mi casa.
Y entraba con toda su autoridad, aunque ya lo conocía desde hace 4 años.

-Por si tu cabecita lo olvido, hoy tenemos guardia temprano, pero antes de eso tendremos que acompañar a Emma a un tipo de entrenamiento que María me pidió, no, me exigió! Que tenia que llevar acabo antes de comenzar a poder montar guardia con nosotros.

Lost in the dark | Ellie Williams Where stories live. Discover now