—Torre de control ¿Me copias?— decía el piloto tratando de encontrar señal, —te copio aquí —decía la contra voz con algo de interferencia.
—He rescatado a dos personas. Permiso para regresar.—, después de unos segundos le responde — permiso concedido — el piloto retorna su rumbo. Pawat permanece derrumbado. Tomo su mano y le aprieto. El idioma que utilizó el piloto era tailandes sin duda. Y eso me quitaba un poco de temor. No quería decirlo abiertamente pero ahora estábamos a salvo.
El piloto me miraba por el retrovisor, sabía lo que estaba pensando. —¿Quienes son ustedes?—dijo en mandarín.—solo voy a tratar ese asunto con tu superior— dije tajante en mandarín.
Después de sobrevalorar al menos una media hora. El helicóptero aterrizó sobre la plataforma. En cuanto la puerta se abrió un par de médicos entraron separándome de Pawat, lo subieron sobre una camilla y se lo llevaron. Yo le fui siguiendo, pero cuando iba a entrar a un edificio un guardia me lo impidió. — Señor, acompáñeme con mi superior— dijo el piloto detrás de mí. Me le quedé mirando retadoramente pero obedezco.
Cuando entro a la oficina del superior logró ver a un hombre de tez blanca. Me imaginaba a alguien mayor pero su rostro era demasiado juvenil. Su mirada era penetrante. — Me llamo Krist, soy el secretario de la armada real de tailandia, el sargento capitán de este regimiento, me han informado que usted venía con nuestro hombre, ¿Puede decirme su nombre?—comenzó diciendo, carraspee mi garganta haciendo un saludo militar, —mi nombre no se lo puedo decir. Pero le diré mi nombre de estratega. Soy Nanon— , El sargento asintió juntando sus manos, — bien, Nanon, ¿Que tiene que contarme entonces?, sabe que por el hecho de estar aquí podría morir? —seguí mirándole y asentí. —lo supondría. Pero conocí a un tailandes que me enseñó a confiar en ellos. Supongo que él no puede estar equivocado. — Krist camino de un lado a otro de forma lenta hasta llegar frente a mi —cuando dices que conociste a un tailandeses ¿A quién haces alusión? — , sigo mirando con expectación, el hombre atractivo solo estaba buscando una falla en mi relato, eso era más que evidente, me miraba demasiado analítico, supongo que quería ponerme nervioso—me refiero a Bingling— le respondí, —¿Como conociste a Bingling? —, guarde un poco de silencio y después proseguí —estuvimos cautivos en la misma choza. Conviví con él en los últimos meses— resumí, el dio una vuelta detrás de mi, —¿Porque te encontraron con él a la orilla del rio? — , esta vez no pensé mucho y respondí — Pawat y unos cuantos más escapamos de los secuestradores, pero ... No quería que el llegara solo o que anduviera solo. Aun así no fui lo suficientemente listo y permití que por conseguir agua le dispararan, y fue así como los aldeanos nos persiguieron. Por eso llegamos al rio y .. El helicóptero nos salvó —. Expliqué. El sargento asintió. —primero necesito corroborar tu dicho. ¿Puedes acompañarme a ver a Bingling? — , — es lo que más quiero hacer— dije soltando un pensamiento en voz alta.
Tenía un suero conectado a su vena del brazo izquierdo. También me percaté que ya contaba con puntos cocidos en el antebrazo y lo mejor de todo es que ya estaba despierto. —Nanon.. —murmuró tratando de ponerse de pie. Caminé hacia él intentando acercarme pero el sargento se interpuso. —bienvenido elemento. Tengo dos preguntas; la primera, ¿De dónde lo conoces? Y la segunda ¿Confías en él? — , Pawat se sentó de mejor forma en la camilla respondiendo sin vacilar— de la choza de secuestro, y le confiaría mi vida de nuevo—, el sargento alzó una ceja, —bien. Se conocen. Después me explicas bien la situación. Quiero un mapa del lugar del que estuviste retenido. Necesitamos buscar a los demás rehenes —, —Phi, ellos están muertos, debo decirte otra cosa. Son norcoreanos, los secuestradores. Están vestidos como sur coreanos y también hay taiwaneses que se hacen pasar por chinos. Están enterados de los planes porque hay traidores dentro. Tienes que descubrirlos — decía Pawat aferrándose de la manga del sargento. Krist parecía shockeado perdido en la mirada de Pawat, la noticia le había caído como bomba.
No sé si me habían creído. Pero todos en ese lugar me veían raro. Como si yo fuera un bichito extraño que quería solo espiar. Krist me miro. —quédate con él. Les haré traer comida y ropa. En el fondo está el baño. — señaló con amabilidad dándose vuelta para irse.
Pawat y yo nos quedamos solos. Me acerque con cautela para tomar su mano, —¿Te dijeron algo malo? — me preguntó con preocupación. Negué con la cabeza, —solo me hicieron preguntas. Pero todo está bien. ¿Cómo te sientes? — le dije entrelazando nuestros dedos. —mejor, mucho mejor ahora que estas aquí. Perdón por desmayarme, perdón por dejarte solo— musita quedamente. —shh~, no digas eso. No me dejaste solo. Ni yo lo haré. Me siento perdido aquí, pero sé que no me dejaras. Confío en ti Pawat— le dije firmemente. De pronto la puerta se abrió de par en par. La charola de comida llegó. Agradecí el servicio y comencé a comer a la vista de Pawat que me sonreía. —Debiste extrañar demasiado la comida— dijo, —-no es tan buena como en Vietnam pero es mejor esto a nada—respondí de broma. Pawat sonrió y mientras sonreía y yo comía, la puerta de nuevo se volvió a abrir, esta vez estrepitosamente, tanto que ambos nos detuvimos en nuestras acciones—-.. Estas de vuelta— dijo el hombre blanco, vestido de militar. Un poco menos alto que yo. Regresé a ver a Pawat. Su mirada se había ensombrecido. No parpadeaba. En cuanto aquél hombre se agachó a la camilla para estrecharlo me di cuenta de algo. Pawat no correspondió al abrazo pero murmuró un —Toey— tan lejano pero suficiente para darme cuenta que el dueño de las pesadillas de Pawat era él. El era Toey. El sujeto que estaba justamente enfrente de mí. Al que conocía de los sueños de Pawat, ¿cuando esa pesadilla se había convertido también en la mía?
¿Y ahora que iba a suceder?, Pawat ¿ya no me necesitaría?, ¿Lo escogería para siempre?, ¿Este seria nuestro fin de algo de lo que no sabía cómo llamar?.

YOU ARE READING
Mirada de fe [OhmNanon]
FanfictionEn una guerra debes aprender a distinguir entre quien es tu aliado, tu amigo o tu enemigo.