Diecinueveavo error

231 19 3
                                    

~*Evasiones*~

Abotonaba mi camisa para ya irme, cuando por el espejo pude ver como Sasuke se agachaba a recoger algo del suelo, la verdad es que me gustaba la vista, así que estuve varios segundos intentando abotonar un botón debido a la distracción que tenía enfrente.

-En unos años deberías tener cuidado -Sasuke tendió su mano y entregó una fotografía. Tragué saliva- si quieres contarle a ellos sobre él, no me opondré, pero lo que menos quisiera es que se enteraran de la verdad debido a que su padre siempre tira cosas cuando abre su cartera.

La última vez que mis padres nos visitaron, mi madre me había dado un sobre que Hinata le había entregado. Se trataba de una fotografía, de cuando me había encontrado en el parque con ella y con Boruto, al parecer sin darme cuenta ella tomó la foto.

Aún no había decidido como lidiar con ese asunto, por suerte Kawaki y Sarada aún eran muy pequeños para tener que explicarles, ¿pero que se supone que debía de decirles?, "Tienen un medio hermano, es mayor que ustedes", eso sonaba fácil, ¿pero y si preguntaban por qué no vivía con ellos?, ¿cómo les explicaría a sus hijos aquella situación?.

-Sólo ten cuidado. Mientras decides, tal vez sea mejor que la escondas en un lugar mejor. Los niños tienden a ser fisgones y además de las preguntas, supongo que lo que menos querrías es que acabara babeada, rota o rayada con crayolas.

Mentiría si dijera que no había considerado en este tiempo en hablar con mi ex esposa y decirle que estaba reconsiderando mi decisión, que en efecto me gustaría conocer a mi hijo y formar parte de su vida, pero cada vez que estaba listo para ponerme en contacto con ella, la culpa me embargaba, sólo alteraría la vida de ese niño, así como la de Hinata.



Trabajé como cualquiera día en mi restaurante, no hubo nada nuevo, pero mi mente divagaba entre Boruto, Sasuke y Sasori, debía de retomar el tema con ella sobre el tercero, pero no quería perturbarla. Antes de salir del restaurante, Sasuke me envío un mensaje para avisarme que llegaría tarde a casa, pero que no me preocupara, los niños estarían con Kurama, genial, tendría que ver ese sujeto a la cara de nuevo, eso hacía que me hirviera la sangre, no me agradaba, debía de decirle a Sasuke que buscara otro niñero.

Llegué a mi hogar lo más rápido que pude, le diría a Kurama que ya me haría yo cargo de mis hijos y que él podría irse. Entré un tanto histérico a la casa y me molesté aún mas cuando encontré a Kurama jugando en el jardín con mis hijos, maldita sea, odiaba pensar que Sasuke hubiera hecho tan buena elección.

-Señor Namikaze- dijo al verme y se levantó del pasto- ya volví Kurama, ya puedes irte.

-Claro, sólo llevó a los niños a la cama y me voy.

-Descuida, yo lo hago-dije con autoridad. Autoridad que pareció no afectar al joven.

-De acuerdo, como usted diga.

-¿La señora Uchiha esta bien?, cuando salió se veía algo nerviosa pero iba más arreglada de lo normal.

Voltee a ver a Kurama con los ojos entrecerrados, era más que obvio que estaba de más su comentario y había intenciones ocultas detrás de él, pero intenté calmarme de inmediato, no debía darse cuenta que él podía afectarme. Además no debía de creer en su información, todo podría tratarse de una treta para ponerme celoso y que yo le reclamará a Sasuke y acabáramos peleados o peor, divorciados. De nuevo mi celular vibró, miré y se trataba de otro mensaje de mi esposa, me estaba enviando su ubicación.

-Kurama, debo salir, ¿podrías seguir cuidando a los niños?

-Por supuesto señor Namikaze, no tengo problema.

Mi séptimo errorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora