Quería tranquilidad, solo entrar, curarme y salir. No esperaba equivocarme de departamento y mucho menos encontrarme con esa curiosa rubia, pero que más da. Desde ahora en adelante cambiaré mi tranquila y solitaria vida a una llena de emociones y su...
"¿Lo ven?" Pregunte desde el comunicador en mi oreja.
"Aquí fox, el objetivo esta esta a la vista."
"Aquí coal, el objetivo está a la vista. Procederemos cuando usted lo indique."
"Atrapenlo."
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Estábamos ocultos en las copas de los árboles. Como unos depredadores esperando a que su presa bajara la guardia.
Nuestro objetivo era una pequeña gatita que se revolcaba tranquilamente en el pasto.
En cuanto di la orden de atraparla los tres gennin a mi cargo se lanzaron hacia ella y la capturaron en un instante. Pobre gata, si no me hubiera arañado sentiría pena por el susto que se llevó.
"Aquí fox, el objetivo ha sido capturado." Comentó la rubia del grupo mientras acariciaba a la gata que se revoloteaba y maullaba suavemente tratando de que la dejaran salir.
"¡Muy bien, equipo!" Felicité aplaudiendo. "¿La gata tiene la cinta?" Pregunte, solo para asegurarme de que teníamos al gato correcto.
"Aquí bubblegum... Si, la gata tiene la cinta." Sakura respondió con obvio fastidio y cansancio en su voz.
"Oye, idiota... Dame a la gata para poder llevarla." Sakura exigió. Se acercó para tomar a la gata pero esta le siseo como amenaza para que no la tocara.
"Muy bien, esta vez tardamos solo una hora y treinta minutos. Con un poco más de esfuerzo podremos establecer un nuevo récord." Anuncie feliz después de hacer las cuentas con mis dedos.
"Si aja." Sasuke suspiro. "¿Podemos solo ir y dejar la gata ya? Me estoy aburriendo y dijiste que esta seria la última misión."
Todo quedo en un repentino silencio. La tensión por el incidente del día anterior no había desaparecido, y menos mi enojo.
"Si... iremos ya para que puedas largarte de una vez a tu casa." Respondí con enojo y frialdad.
Sasuke comenzó a murmurar cosas que no logré entender, pero sinceramente me importaba muy poco lo que pensara.
Pasados unos segundos de incómodo silencio, comencé a guiar a mi equipo hacia la torre hokage. Para nuestra suerte, la gata se había dormido en algún de la discusión, así que el camino fue más tranquilo.
Nos recibieron en la torre, pasamos a la sala de la misión donde ya estaba el hokage y varios chunnin esperando. Las felicitaciones por nuestro excelente trabajo no se hicieron esperar y el hokage mandó llamar a la dueña de la gata.
"¡Tora mi niña!" La voz chillona nos hizo temblar a todos, incluso la gata quien se despertó completamente asustada.
Una mujer voluptuosa, de cabello castaño y altura reducida entró a toda velocidad a la sala y comenzó a escanear el lugar para encontrar a la gata llamada Tora.
