step back;

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la discoteca estaba a reventar.
eran aproximadamente las doce de la mañana, el ambiente estaba divertido y lleno de luces de colores, gritos, música y la temperatura estaba muy alta.

tu novio, choi san, había tenido la maravillosa idea de tener un tipo de "cita" en un club nocturno, lo cual a ciencia cierta no era lo tuyo, pero las ganas de complacer a tu novio pudieron más contigo.

no te considerabas alguien que amaba irse de fiesta, emborracharse y mucho menos estar a altas horas de la noche fuera de tu comodidad, así como también lo era san, pero especialmente esa noche él tenía ganas de salir de esa rutina que podía ser agobiante y algo monótona.
pronto, la música empezó a ser un poco más movida y sensual, tu rostro se veía algo incómodo ante tanta gente bailando, ligando y frotándose unos a otros. llevabas un vestido algo por arriba de la rodilla de color negro, pegado a tu cuerpo que hacía que las curvas que casi nunca mostrabas en público fueran el centro de atención para los hombres solteros y unos no tanto. 

— no sabes cómo me cabrea que no sean disimulados cuando te miran... — su aliento caliente chocó contra tu nuca. — como si nunca hubieran visto una mujer tan hermosa en sus vidas...

reíste ante los comentarios de un choi san al borde de estar borracho. giraste para encontrarte cara a cara con él, sus pupilas estaban dilatadas, sus labios, rostro y cuello estaban rojísimos y su cabello ligeramente desordenado. lo caliente que se veía te hacía derretir.

— no tienes de qué preocuparte, con vernos juntos es suficiente con que sepan que soy tuya.

el chico colocó sus manos alrededor de tu cintura, provocando que ambos chocaran y el calor de sus cuerpos aumentara cada vez más. sonreíste, llevando una mano a su cabello, jalando mechones suavemente, provocando que jadeos salieran de su garganta. 

a lo lejos pudiste darte cuenta de la presencia de una chica que no dejaba de ver a tu novio. no era de lo más disimulada aunque quisiera y las sonrisas que te daba eran burlonas, casi amenazantes con él. con lo que era tuyo.

tienes que apartarte
¿a quién miras?

la chica se acercaba lentamente, como un león directo a su presa. una chica de pelo negro azabache, un vestido rojo vino que iba pegado a sus curvas y una coleta alta te permitía darle un análisis a lo que en verdad quería. se notaba que, por su sonrisa socarrona, seducirlo no iba a ser mayor problema incluso contigo a su lado.
sus blanquecinas manos tomaron posesión de sus hombros, masajeándolos cual masa a la que daría forma bajo su mando. san cambió su expresión a una ligeramente confusa, arqueando una de sus cejas mientras volteaba a ver a la chica que le había interrumpido un momento con su novia.

eres como una copa de veneno para los hombres buenos,
cuanto más beben, más solos se sienten

al ver la expresión aún más coqueta de la chica, tus ojos se volvieron fuego. ágilmente, te colocaste enfrente de ella apartando sus sucias manos de los hombros de san, para después tomar ambas muñecas entre tus finos dedos y de las largas uñas que perfilaban la piel de tu oponente. 

— creo que te has equivocado de hombre, él no es nada de tu propiedad me parece. 

de un jalón la chica logró soltarse de tu agarre, haciendo que el filo de tus uñas lograran provocarle pequeños rasguños alrededor de su piel.

— ¿y quién eres para decir eso?

— deja que te lo demuestre.

con rapidez, dejaste que tus deseos se apoderaran de ti. 
giraste de nuevo para ver al chico y colocaste tus brazos por alrededor de sus hombros, y de un solo contacto, lo besaste.
era un beso pasional, uno que demostraba cuán suya eras y cuán tuyo era. los chasquidos se hicieron presentes entre ustedes dos, él colocó una de sus manos en tu espalda baja, bajando hasta tu trasero donde lo moldeaba y apretaba a su gusto. 

la chica pareció mofarse de lo que ocurría, yéndose con una mueca de derrota ante ti al no poder lograr lo que ella quería. claramente, no quería lo tuyo. quería ser tú.

no supieron cuánto tiempo transcurrió durante todo el beso, pero cuando ambos decidieron separarse, san tenía una expresión jodidamente caliente; una sonrisa socarrona de oreja a oreja junto con una de sus cejas aún más arqueada, sus mejillas rosadas y sus labios hinchados y más apetecibles de lo normal. 
la vergüenza te invadió, tomando tus mejillas de un color rosado tenue y bajando la mirada lentamente.

— no conocía este lado tuyo, jagi. ¿debería... de gustarme?

— no estoy segura... pero — levantaste tu mirada de nuevo, sonriendo. —, si esa perra vuelve o cualquier otra se siente con la seguridad de coquetearte te besaré, así como lo hice hoy. de eso no hay duda, cariño.









inspiración por la canción 'step back' de got c: 

san reactionsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora