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Todos estaban en shock.

Claro, ¿Quién se atrevería a hacer algo en contra de la princesa Yinglie? ¡Ella ni siquiera mataba una mosca! ¿Por qué secuestrarla entonces?

¿Era por el dinero? Tenía sentido. La familia real Wong poseía dinero de sobra, para nadie era un secreto que los billetes abundaban en sus bolsillos.

Pero Kun sabía perfectamente la razón... venganza.

Y se sentía horriblemente mal, porque todo había sido su culpa. Si él hubiese ayudado a Hannah, si le hubiese hecho caso, si se no hubiese enamorado de Yukhei...

No, él te ama y tú lo amas — se repitió a sí mismo.

No imagina a alguien más estando con Yukhei, no podría soportarlo.

¿Por qué su ex mejor amiga tenía que complicar las cosas? ¿Por qué estaba tan empeñada en arruinar todo?

Solo podía observar a lo lejos cómo su novio hablaba con Hendery por teléfono y caminaba de aquí para allá mientras muchos guardias lo acompañaban, estaban en espera de órdenes de parte de ambos príncipes.

El rey y la reina habían sido notificados, y venían en camino junto a Jan, que estaba demasiado apenado y molesto, porque era él jefe de seguridad, y casi les arrebatan a la princesa.

A Yukhei le dolía la cabeza, quería ir corriendo hacia Yinglie pero los hombres de Jan no lo dejaron, ellos irían por la princesa y se encargarían de mantener a la familia real a salvo antes de que ocurriera algún otro atentado.

Cuando colgó el teléfono, la puerta principal se abrió al mismo tiempo, un guardia venía cargando a Yinglie envuelta en unas cobijas debido al frío, estaba hecha una bolita, impidiendo apreciarla en su totalidad.

— ¡Mi bebé! — gritó Yukhei al verla, corriendo hacia ella y quitándosela de los brazos a aquél hombre quién se la entregó con cuidado y después de una reverencia, se retiró. El resto del personal sabían que debían dejarlos a solas, así que empezaron a marcharse en silencio. Kun hizo el amago de irse, para darles privacidad y para que el resto no sospechara.

— ¿Estás bien? ¿Qué te dijo el doctor? ¿tienes hambre? Mi pobre ardillita, lo siento tanto — Lucas mecía en sus brazos a su hermana, al escuchar su voz, Yinglie dejó ver su rostro y al conectar miradas con su hermano mayor, se soltó a llorar. Habían tardado más de lo esperado debido a la distancia entre el punto de rescate y el hospital, al que la llevaron para un chequeo médico

— T-tuve mucho m-miedo, el chófer trat-to de defenderme pero... p-pero ellos l-lo lastimaron y... — le costaba respirar mientras hablaba, su llanto provocó que su rostro se tornara rojo.

— Shh, shhh, tranquila. Iremos a mi cuarto, dormiremos juntos hoy y los días que tu quieras, ardillita. Yukhei ahora está aquí contigo.

A Kun se le achicó el corazón de solo escuchar el llanto de Yinglie, su cuñadita no tenía que haber pasado por nada de esto.

Rápidamente se dirigió al cuarto de la princesa para buscar una pijama, pues aún tenía puesto un vestido. Recogió em peluche favorito y salió con dirección a la habitación de su novio, encontrándose con un Hendery muy agitado en el camino.

— Están en el cuarto de Yukhei — le dijo a modo de explicación

— Gracias — contestó, caminando a su lado. A diferencia de las ocasiones pasadas en las que coincidían, no hubo ninguna conversación divertida.

Ambos llegaron a la habitacion, y Hendery fue el primero en abrir la puerta. Lucas seguía consolando a su hermanita, Hendery se acercó con prisa a ellos y la abrazó, llorando de igual forma, entonces habían cuatro personas llorando.

Los minutos pasaron, hicieron que Yinglie tomara una ducha caliente y se cambiará de ropa, para después arroparla entre las tibias cobijas de su cama. Hendery y Lucas le pidieron perdón a su hermana por no haberla podido proteger, Kun llevó la cena para los cuatro y no dejar sola a la pequeña. A todos les hirvió la sangre cuando notaron leves moratones en la piel morena de Yinglie, y un corte en su brazo derecho que había sido previamente curado. 

Lucas no le había dirigido la palabra, y lo entendía, estaba enfocado en cuidar a su hermana, cuidando cada uno de sus movimientos. Pero, sí le había mirado con esos ojos de cachorrito que siempre hacía y se aseguraba de calentar sus manos mientras las tenían entrelazadas, como un silecioso "no me sueltes, te necesito". 

Yinglie se quedó dormida poco rato después, en los brazos de Hendery, quién la miraba cual tesoro más preciado. 

- Entonces fue ella... esa maldita loca - Dijo Yukhei con rabia después de que Kun terminó de contar sobre el mensaje que había recibido al mismo tiempo que su novio. - Juro que la mato, la voy a matar 

- Hey, nadie va a matar a nadie, contrólate - habló Hendery - Kun, necesito que me prestes tu teléfono, ese simple mensaje nos puede ayudar a ubicarla. 

- Claro... solo que, eh- bueno

- Sí, ya sé que es peligroso por lo que dice, pero me encargaré de que el trabajo lo haga alguien de confianza. Ventajas de que tu cuenta de banco sea prácticamente ilimitada - guiñó un ojo. 

- Hen, quiero ver a esa maldita tras las rejas - volvió a pronunciar Lucas, caminando de un lado a otro - Necesitamos más seguridad, para Yiyi, para nosotros, para mi Kunie, no estaré tranquilo hasta que esa loca pague por lo que quiso hacer. 

- Lu, amor. Tranquilo, ve a dormir un poco - Kun acarició los cabellos de su novio, buscando al mismo tiempo su mirada 

Esos dos me hacen extrañarle, siempre—  pensó Hendery, mientras veía una de las tantas escenas cursis que su hermano y su cuñado siempre protagonizaban. Haciendo que añore estar con su persona especial justo en estos momentos, persona que esperaba una pronta respuesta de su parte al enterarse de lo ocurrido. 

- Hagamos algo. Kun, elimina o guarda en otro lado los archivos que no quieras que queden expuestos, me das tu teléfono y lo llevo a revisión mañana por la mañana, eso será todo. Yukhei, toma un té de la reserva de Yinglie y vete a dormir, lo necesitas. Me quedaré con la ardillita hasta que nuestros padres estén aquí, lo cuál será en los próximos 10 minutos. Creo que por el momento esto no se sabe en la noticias, lo que significa que estamos a salvo, hablaré con Jan sobre la seguridad, no se preocupen. 

- Quiero ayudar, déjame ayudarte - dijo Yukhei acercándose a su hermano. 

- No, lo tengo todo bajo control. No dejaremos que esa perra de ni un solo paso más, necesitas pensar frío, hermano. Vayan a mi cuarto y dale un abrazo a tu novio, o cualquier método que uses para encerrarse en su burbuja de amor, realmente lo necesitan, Hendery está aquí, así que háganme caso y descansen, ¿bien? Eso si, no quiero mis sábanas sucias

Y Hendery sabía jugar sus cartas tan bien y a su favor, tenía una capacidad grande para convencer a las personas que esta vez no fue la excepción. Lucas y Kun le hicieron caso tal cual él dijo todo, pero antes de retirarse Kun lo abrazó fuerte y le susurró "gracias" dejando un beso en su mejilla y lléndose con un Lucas falsamente indignado. 

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- ¿Hola? - se escuchó la dulce voz de su pareja al otro lado

- Hola, corazón de melón - contestó Hendery - hablo para decirte que todo está bien con mis hermanitos, para pedirte un gran favor y para decirte que te quiero mucho y te extraño. 

- Mhm, muchas cosas en una sola llamada, príncipe Kunhang - rió - Me alegra que los tres estén bien, también te quiero y extraño, mucho... ahora, ¿qué favor necesitas? 

- ¿recuerdas que me habías dicho sobre tener un talento con todo esto de la tecnología y que podrías servirle al pentágono si decidieras hablar acerca de tu talento oculto?  Bien, necesito un favor... 

- Seguro, lo que quieras. 

— Genial, tomaré un vuelo cuanto antes

Royalty -《LuKun》♡Where stories live. Discover now