⇁ 24 ↼

219 34 53
                                    


「 ʟᴏs ᴘʀɪᴍᴇʀᴏs ᴇɴ ᴅᴇsᴘᴇʀᴛᴀʀ 」



No puedo creer lo que veo; pienso que es un sueño, uno del que quiero despertar pronto, sin embargo..., Los gritos de la pobre Eloise llenan mis oídos y detienen mi camino. Miro hacia adelante, en donde los muchos de mi grupo que se me habían adelantado creían haber encontrado una escapatoria, sólo para encontrarse con que era una miertera encrucijada. Dos más de esos monstruos salieron del extenso desierto del lado derecho, y ante mis ojos veo cómo uno de ellos agarra en sus fauces la parte inferior de la chica de cabellos negros, y la sacuden como si fuese un muñeco de trapo.

A un lado de mi, pasa corriendo Jace sosteniendo todavía en brazos a la pequeña Madi. Todos sudamos en esa noche fría, pero del miedo que impone morir de una forma tan desagradable y sin poder hacer nada para evitarlo. La cabeza me da vueltas y siento que se me revuelven las tripas cuándo veo la forma en la que aplasta su cuerpo y la sangre brota descontroladamente. Por suerte, Madi esconde su pequeño y dulce rostro en el pecho de mi amigo.

—¡Date prisa, Minho! —Recuerdo que tras de mí aún nos persiguen el resto de esas bestias, y analizo mi entorno dándome dos golpes suaves en el pecho.

Logra el propósito que busco: calmarme.

Entonces y sólo entonces, me recupero lentamente y me fijo, incluso en la oscuridad de la helada noche, unas especies de estructuras algo borrosas y lejanas, pero por alguna razón, las bestias dejan un claro camino libre. Dedico rápidamente una mirada a mi compañero y a Rose e Isabelle que están cerca nuestro. Jace parece entenderlo todo con una simple señalización, por ese motivo y sin esperar, corremos en aquella dirección. Todos juntos y aprovechando que los monstruos muy parecidas a las arañas (al menos, las que están detrás nuestra), todavía están lejos.

El cansancio hace mella en nuestro cuerpo, más aún así, me aseguro de que Rose e Isabelle vayan detrás de Jace, quién camina con seguridad y alerta ante cualquier peligro próximo. Yo finalizo nuestro grupo, y dedicando una mirada hacia atrás, es cuándo la nostalgia y presión se apoderan de mi pecho. Recuerdo aquellos ojos avellanas, dulces y esa expresión confusa de siempre, y siento que mi corazón está bajo el yugo de un ancla que me ata en lo que he dejado atrás. Sin embargo, a sabiendas de que aquello sólo conseguiría distraerme, trato de apartar las nubes grises que se apoderan de mi mente y de centrarme en lo que pasa ahora.

Veo entonces qué muchos de nuestros demás compañeros se pierden en las ramas de la locura y desolación, y a sabiendas de que un gran número como aquel sólo nos beneficiaría, con un silbido trato de atraerles la atención hacia mi y sólo aquellos que realmente quieren sobrevivir, son los que acuden a mi llamado. Entre ellos, Vincent y Dayana que estaban un poco más alejados y, aparentemente, con la idea de correr hacia el este.

Se dan prisa en llegar hasta nosotros, y aunque los demás de mi grupo actual no se detienen, pienso en Newt cuándo lo hago y mi cuerpo se mueve solo cuándo veo que Dayana tropieza con el cuerpo fallecido de, en un pasado sonriente y alegre, Jasper. Sus ojos miran hacia el cielo pidiendo clemencia; trato de apartar la vista para no perderme en aquella bruma de desolación y crueldad. Llego hasta la chica de cabellos platinados que trata de levantarse, y sin pensarlo demasiado, aprovechando que Vincent es quién la ayuda de liberarse del agarre de la muerte misma, me lanzo contra aquella bestia arácnida que tenía por propósito atraparla entre sus fauces. No sé exactamente si ha sido pura suerte, o por la velocidad a la que corría, pero su cabeza se ha arrancado de golpe. Un sonido metálico resquebrajándose suena por todo lo alto y un último chillido escapa de su asquerosa y maloliente boca.

Caigo al suelo con un sonido sordo, y entonces, en aquella locura de noche, todas las bestias comienzan a vociferar de una forma desagradable y esa es la señal que tengo para levantarme a prisas y seguir por detrás a Vincent y Dayana, que no tardan en querer unirse a los supervivientes que se alejan hacia el oeste.

La mochila que llevo en la espalda me pesa y maldigo a quién me la haya puesto inconsciente, pensando en la probabilidad de que en esta hubieran piedras. Me golpea con fuerza por la presión que pongo a la hora de escapar por mi vida, pero aun así, no me detengo ni tampoco miro hacia atrás para ver a todos los que he dejado. Aún cuándo mi pecho duela y mi corazón llore por ellos, no puedo arriesgar al resto que queda. Huir y encontrar un lugar seguro para nosotros es lo que mejor nos conviene.

Por esa razón, seguimos nuestros instintos novicios de supervivencia y no nos detenemos hasta el final.



La noche finalmente ha terminado y con ella, la traumática aventura que nos acercó tanto a la muerte. Los monstruos dejaron de perseguirnos unas millas más atrás y no quiero pensar que se trataba de una especie de Fase 1, y de que ahora nos esperaba algo peor.

Después de comprobar por varias guardias de que no iban a volver esas bestias, hemos tratado de descansar lo mejor posible. Aunque dudo de que alguien haya pegado realmente el ojo, tras tener muy en mente todo lo sucedido unas pocas horas antes. Los primeros rayos solares nos visitan muy en la madrugada y la temperatura comienza a subir. Cuándo Madi empieza a quejarse del calor, Rose dice que las temperaturas de este sitio podrían matarnos. Jace, Rose, Isabelle y yo, somos los primeros en despertar. Madi por seguro es la siguiente.

Me acomodo en el círculo que hemos formado, observando con cautela que los demás sobrevivientes aún quieren permanecer en el suelo. Sostengo la mochila en mis manos (la cual he usado cómo una almohada muy tosca y dura), y mirando fijamente a Jace, que acaricia los mechones sueltos de Madi, les digo que revisemos lo que hay en el interior de estas. Después de lo de anoche, nadie realmente quería investigar de más, de ahí a que lo aplazásemos.

El cabello rojizo de Rose parece brillar tenuemente con los reflejos de sol que comienzan a salir desde el horizonte y remueve el interior de la mochila, bastante curiosa. No dudo de que sea ése tipo de persona emocionada por todo lo nuevo que se le muestra.

Con un pequeño temblor en los dedos, abro la mía y lo primero que saco es una especie de crema cubierta con una saga. Al abrirla, una nota sale de ella (bastante pequeña), y el mensaje allí puesto, sólo me deja más que confundido.

"Trata de repartirla lo más que puedas, chaval, aunque tampoco la gastes. Allí en donde estás, esto te será de mucha utilidad para soportar la extremas temperaturas. Solo una untadita en la frente y eso os servirá por varios días, chino. "

Solo hay una persona en el mundo que me llame de esa forma despectiva (y muy equivocada). Al darle el revés a esa pequeña nota, veo la prueba definitiva. Una pequeña H en uno de los bordes. Sin duda alguna, una sonrisa se me escapa al entenderlo. Hasta el último momento, aquel borracho sigue cuidado de mi.

—Chicos —llamo la atención de mis amigos y no puedo borrar la expresión satisfecha de mi rostro—, creo que vamos a poder solucionar uno de nuestros problemas.

N/A → ¡Disculpadme por la larga espera, de todo corazón os digo que no quería abandonarla tanto! Pero entre las clases, el estudio, y por centrarme en otras historias, he abandonado un poco esta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

N/A → ¡Disculpadme por la larga espera, de todo corazón os digo que no quería abandonarla tanto! Pero entre las clases, el estudio, y por centrarme en otras historias, he abandonado un poco esta. Y aunque sea muuuy corto el capitulo, os prometo que los siguientes valdrán la pena. Probablemente el siguiente sea la continuación de la parte de Minho, ¡os amo y nos vemos muy pronto!

Se despide xElsyLight.

𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐂𝐎𝐑𝐂𝐇 𝐓𝐑𝐈𝐀𝐋𝐒 𝐈𝐍 𝐅𝐈𝐑𝐄 | Newtmas ( au ) [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora