𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐂𝐎𝐑𝐂𝐇 𝐓𝐑𝐈𝐀𝐋𝐒 𝐈𝐍 𝐅𝐈𝐑𝐄 | Newtmas ( au ) [✓]

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「 ᴠᴜᴇʟᴏ ʀᴀsᴏ 」

La luz del atardecer cae sobre nuestros cuerpos, mientras atravesamos las ruinosas edificaciones que cubren mayormente las quemaduras solares. Aun así, como hay miles de agujeros y huecos no impiden que el sudor se reparta sobre nosotros.

Gally es quién lidera el camino, pero el resto de tributos permanece detrás de mi y entiendo las reservas que tienen con el chico del uno. No se puede confiar tan fácilmente en alguien que prácticamente ha intentado matarnos desde el principio, pero de alguna manera, para mi no es ese caso. Desde nuestra conversación en las últimas fiestas de los distritos, siento que puedo ver a través de el. Y... no es más que un chico asustado, como todos.

Salvo que ahora demuestra de verdad estar preocupado por alguien más que el mismo, y tengo mucha curiosidad por conocer a esa persona. Siento que si alguien ha sido capaz de adentrarse en el frío corazón de Gally, es sin duda alguien que merece la pena conocer.

—Newt, ¿estás seguro de esto? —Brenda se me acerca al paso y su ceño fruncido me demuestra lo mucho que le molesta esta situación.

No pongo en duda que no crea en mi ni en lo que decido para el grupo, pero si duda de ese chico. Su cabello suelta varias gotas de sudor y por alguna razón, quiero pasar mis dedos por ellos para secarlo. Aun así, mi mano se queda a medio camino porque sus palabras me dejan helado.

—Es un larcho de mierda, quien en muchas ocasiones ha intentado matarte... ¿Y si te equivocas? —Su tono de voz es más grave de lo usual, indicando lo peligroso que sería para mi no tomarla en serio.

Trato de no hablarle con sorna o que note en mi tono de voz algún tipo de timbre bromista.

—No me equivoco esta vez, Bren, y hasta el momento no he tomado una mala decisión. ¿Confía en mi, si? 

Ella muerde su labio inferior, pero asiente mientras aprieta el mango de su mochila y no aparta la vista de la enorme espalda de Galliard. Trato de obviar su nerviosísimo y clara inquietud, de hacerla a un lado, pero... no puedo evitar que mi mano se dirija a su hombro en un claro intento de detener todos esos sentimientos arrolladores que se acoplan en su corazón.

Ella me sostiene la mirada por un largo rato y veo todas las dudas y el miedo en ella. Frunzo los labios mientras me repito en la cabeza que no me he equivocado y que tomar este rumbo con Galliard es lo mejor que podíamos hacer.

 Aunque a una parte dentro de mi, no le gusta para nada tomar "rutas más cortas".

Tres días más tarde, seguimos atravesando varios edificios y aunque nos hemos topado con varias tiendas —que en otro momento de vida podrían haber sido bastante populares— no había nada más que algunas latas de conservas vacías y cristales esparcidos por todos lados.

Esta más que decir que la paciencia no es algo que caracterice a mi grupo, menos a Thomas.

—Di la verdad de una jodida vez, Galliard. ¿Quién te ha enviado a este lugar? —Y como en los últimos días, este rueda sus ojos y trata de buscar que hay mal en el mapa de sus manos mientras le responde lo mismo de hace media hora.

—CRUEL, igual que a ti. El puto Capitolio de toda la vida y que nos observa desde sus lujosos asientos tragándose comidas que luego van a vomitar por simple disfrute. —Bueno, puede que esta vez lo haya dicho de una manera más agresiva que las anteriores, pero ya esta dicho.